Realismo a caballo entre Granada, Madrid y Almería
Este almeriense estudió en la escuela de Bellas Artes de la capital. Muestra sus cuadros en el Paseo de Almería
Si Velázquez levantara la cabeza y deambulara por el Paseo de Almería se quedaría perplejo ante la calidad de los cuadros que luce el acuarelista almeriense Guillermo Díaz Sáez.
Un hombre que con sólo diez años se agarró a un pincel para ilustrar la belleza de una ciudad, que hizo florecer la creatividad numerosos acuarelistas como Cantón Checa o el maestro Julio Visconti.
Durante la mañana de ayer los curiosos se paraban a observar las obras de Díaz quien, sorprendentemente, no realiza una exposición desde el año 2000. "Nací en el seno de una familia humilde. Estudié en la escuela de Bellas Artes de Almería y realicé exposiciones en ciudades como Granada y Madrid. Califico mi estilo como realista. Siempre me he fijado en los grandes artistas de la época. De hecho, Cantón Checa fue uno de mis maestros", explica, mientras enseña un cuadro de la plaza de San Pedro.
Díaz reconoce que, con el paso de los años, las influencias se van quedando atrás. Al final el artista crea un nuevo estilo. Eso es lo que lo que hace que sus cuadros sean únicos. "El estilo se labra a medida que avanzan los años. No creo que sea bueno seguir las modas. Cada artista debe guiarse por su sentido común y no caer en falsos y erróneos estereotipos que desvían su capacidad creativa", admite.
Como sucedía en la antigüedad, los artistas se han enfrentado a numerosas batallas. La gente no valora lo que tiene hasta que lo pierde. Prueba de ello es que cuando fallecen se disparan los precios de sus obras. "Los artistas nunca hemos sido valorados. En la actualidad el negocio lo llevan las grandes galerías y es muy difícil hacerte un hueco. Tanto es así que me cansé de exponer porque al final me sale más caro a mi que a ellos", reconoce.
Cada pintor tiene un color favorito. Lejos de pensar que se trata de una opinión infantil, el color es el que verdaderamente saca a la luz la expresión , la forma de ser o el estilo propio del autor. "Siempre me gustó mucho el azul. Un color que representa el cielo, el mar mediterráneo. Lo utilizo en mis cuadros porque aporta una sensación de tranquilidad y sosiego. El azul de Andalucía es diferente al resto".
Cada vez hay más jóvenes que se atreven a coger un pincel para expresar sus inquietudes, sus curiosidades, su forma de ver e interpretar la realidad. Díaz lo sabe bien y tiene un consejo para todos ellos. "No es bueno pintar por vender. Cada obra debe hacerse como uno realmente la siente. Es bueno cambiar de estilo porque eso significa que puedes abrir nuevas fronteras. Si no siente la pintura es mejor que se dedique a otra cosa", concluye, con un gesto apacible.
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