Recader@s de profesión
Surgen quienes hacen 'mandados' a otros, que con la suerte de tener trabajo, no tienen tiempo para poder llevarlos a cabo
De una forma o de otra, todos los trabajos han sido inventados. Ni el mayor avance tecnológico ha creado algo que no estuviera pensado antes. La mensajería a través de internet se sigue basando en la esencia del telégrafo y las máquinas de las empresas que producen productos en serie han mecanizado movimientos antes realizados por el hombre, pero, al fin y al cabo, tanto en un proceso, el humano, como en el de las máquinas, el desarrollo sigue siendo bastante parecido. Eso sí, la crisis ha hecho que muchos hayan tenido que ingeniárselas para potenciar y hacer un modo de ganarse la vida algunos trabajos que antes pasaban inadvertidos o, simplemente, se escondían de la luz pública.
Una de las figuras que han creado los nuevos tiempos es la de los recaderos y recaderas, personas que tratan de ganarse de la vida adaptando su trabajo a la escasez de tiempo que tienen otras personas. Y es que, aunque Almería tenga una cifra de desempleados que se aproxima a las 80.000 personas, hay otras que sí han superado estos tiempos tan difíciles con una actividad frenética que les impide realizar todas las tareas que deberían, como ir a llevar a los hijos al colegio, recoger tal producto de una determinada tienda, llevar a limpiar el coche o viajar hasta otra ciudad para realizar un determinado trabajo. Por eso, hay personas que se ofrecen a realizar estas tareas. Eso sí, la premisa principal es que el coste no sea demasiado elevado. Eso se soluciona simplemente cobrando por el encargo puntual, pues recibir un pago semanal o mensual establecería otra figura, la de empleado doméstico, por la que habría que desembolsar una mayor cantidad de dinero, y de eso no trata el ser un recadero.
María Isabel Forges ha encontrado una forma de ganarse unos cuantos euros al mes de esta forma. "Soy autónoma, pero mi trabajo en la actualidad no me da para echarme al bolsillo el dinero que necesito para ganarme la vida, así que hace un tiempo decidí ayudar a las personas que no tienen demasiado tiempo y, de esta forma, poder aumentar en un poquito mis ganancias". A pesar de todo, es una práctica que llevándola sola, no le daría para vivir tranquilamente: "No, si solo estuviera de recadera no tendría para mucho. Supongo que habría que organizarse bien y llevarlo de otra forma más profesional. Pero yo de momento no me lo planteo, aunque sí que lo recomiendo a la gente que no tenga la suerte de tener un trabajo. En lugar de estar encerrada en casa, que busque en su círculo más cercano e intente obtener algo de ingresos prestándole este tipo de servicios. No sé, llevar a los pequeños a un determinado sitio durante un día, pasar por la tintorería a llevar un vestido y a recogerlo. Son cosas muy simples, pero que algunas personas no tienen tiempo de hacer por muy raro que parezca".
Como bien explica Ana Isabel, la forma más sencilla es lograr que la gente que tienes a tu alrededor te necesito para realizar ciertas labores, pero hay más formas de conseguir profundizar en esta herramienta laboral. Internet abre una puerta hacia el mundo del recadero. Por toda la geografía española aparecen anuncios de mujeres y hombres que se ofrecen a realizar ciertas funciones y Almería no se ha escapado a esta nueva fórmula.
El perfil de estas personas no está definido, pues a él se agarran de todo tipo, aunque los más jóvenes son proclives a desempleñarlo. Y es que, el 86% de los más de 2,2 millones de empleos que se han perdido desde el estallido de la crisis los ocupaban jóvenes de 16 a 29 años y el sector más afectado por la debilidad del mercado laboral ha sido la construcción, que ha acaparado seis de cada diez puestos de trabajo destruidos en este periodo.
Por lo tanto, los hombres han sido los más afectados por la destrucción de empleo derivada de la crisis. De los más de dos millones de puestos de trabajo perdidos en estos años un total de 2,02 millones los ocupaban varones, frente a 184.800 de mujeres que se quedaron sin empleo. Así, la tasa de empleo masculina se ha reducido 13,3 puntos desde el tercer trimestre de 2007, frente a un recorte de 2,16 puntos en el caso de la tasa de empleo femenina. os jóvenes han sido uno de los colectivos que más han sufrido la crisis. De los 1,9 millones de empleos que se han perdido en el grupo de edad de 16 a 29 años, 1,2 millones estaban ocupados por varones y 688.600 por mujeres. Datos poco optimistas.
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