Reciclar, tarea pendiente para los almerienses

La aparición en el mercado de cómodos cubos de basura con hasta tres departamentos para incitar al reciclaje no ha sido suficiente. Los datos sobre esta actividad en la ciudad no mejoran. En 2014 se recogieron 80.000 toneladas de basura, de las que solo 7.000 fueron desechos reutilizables, lo que no llega al 9% del total. En 2009, los almerienses reciclaron un 12% de los residuos.

Cada almeriense produce 414 kg de basura al año, aunque este es un dato relativo porque en esa cifra se incluye la basura que generan comercios y bares. Y la cantidad de residuos que reciclan es de 36 kg. Teniendo en cuenta que en el año 2009 se reciclaron 63 kg por persona, se ha producido una disminución del 39%.

Tras la remodelación que ha llevado a cabo el ayuntamiento, hay 2.085 contenedores repartidos por toda la ciudad, de los cuales 1.500 se dedican a los residuos sólidos urbanos y 935 a materiales reciclables. Hay 320 amarillos, para el reciclaje de envases, 265 para papel y cartón y antes de que acabe el año habrá 350 para vidrio.

En 2011 había 2.900 contenedores de los que 1.900 estaban destinados a residuos orgánicos y 1.000 a la separación de desechos. La reducción del número de contenedores puede ser uno de los motivos por el que los almerienses no reciclan demasiado. No obstante, aunque haya menos, tienen mayor capacidad que los anteriores, pasando de 2.400 litros a 3.200.

Es importante concienciar a la población para que no solo aumente la cantidad de residuos que se reciclan, sino que se haga de forma adecuada.

Según Cristóbal Pastor, de Ferrovial Servicios, empresa concesionaria de la explotación de la planta de tratamiento de Almería, en los contenedores amarillos hay un 85% de materiales reciclados, por lo que el 15% restante son materiales impropios, o lo que es lo mismo, basura no depositada de forma correcta. En el caso de los contenedores de vidrio y de papel y cartón los datos rondan el 100%, según Pastor. Por tanto, donde hay dudas a la hora de reciclar es en el contenedor amarillo.

¿Qué se puede echar en él? Todos los envases de plástico, como botellas de agua, de refresco, envases de productos de limpieza, de gel, de colonia, tarrinas de mantequilla, de yogur, bandejas de corcho blanco para alimentos, envoltorios de plástico, bolsas de aperitivos o bolsas de plástico de los comercios. También se echan a este contenedor todos los envases metálicos como latas de conserva, de bebidas, bandejas de aluminio, aerosoles, tapas y tapones metálicos. Por último, todos los envases brick como los de la leche, zumos y caldos.

Los residuos impropios que se suelen encontrar en estos contenedores son juguetes, CDs, ropa o pañales. Los datos demuestran que todavía queda mucha basura que reciclar y que las campañas de información y concienciación tienen que seguir haciéndose.