Almería

Reivindicando la figura de Isabel Millé (y II)

  • Expediente. Sobresaliente en Magisterio, Premio Extraordinario en la licenciatura y doctorado de Letras, seis idiomas hablados; traductora del griego, latín y árabe, archivera…

De más, en el Festejo de la Vida,

a su banquete no hallé libre un asiento;

el Amor me cerró su aposento,

el Saber me excluyó de su partida

LES adelantaba el sábado la iniciativa de la AA.VV. Casco Histórico y Ayuntamiento de colocar una cerámica-homenaje a Isabel Millé Giménez en su casa natal de calle La Reina nº 11. Enmarcado el acto en las fiestas vecinales, continuamos con la política emprendida años atrás con las dedicadas al compositor Gaspar Vivas y al torero Relampaguito. Enumeraba igualmente los autores que glosaron su figura y una semblanza biográfica de sus padres, Andrés y Carmen. El artículo de hoy debe comenzar por tanto con el perfil de sus hermanos, merecedores, la mayoría, de monografía individualizada. Manuel falleció a tierna edad. Carmen, también soltera, se convirtió en la inseparable compañera de Isabel desde el colegio de Las Puras hasta el final de sus días en marzo de 1970. María del Mar casó con Juan Marchori y fijó su residencia en Valencia; recientemente su nieta ha visitado Almería con ánimo de elaborar una tesis académica sobre su tía-abuela y con quien, acompañados de la escritora Concha Castro, común amiga, recorrimos lugares ligados a la familia Millé-Giménez.

HERMANOS

Todos obtuvieron excelentes notas durante el bachillerato en el Instituto de 2ª Enseñanza y todos, a excepción de Mª del Mar, emigraron en diferentes fechas a la República Argentina, donde alcanzaron notoriedad y reconocimiento público. Juan, el mayor (1884), se licenció en Derecho en Granada, publicó poesía y prosa en diarios locales y co-fundó (marzo, 1910) la Revista de la Sociedad de Estudios Almerienses. Primero en marchar, allí ejerció la abogacía, detentó la cátedra de Literatura en la Universidad de Buenos Aires y de La Plata e impartió diferentes materias en la Escuela de Comercio, amén de colaborar en semanarios culturales. Riguroso hispanista, sus estudios sobre el Siglo de Oro, en especial Lope de Vega, Cervantes, Quevedo y Luis de Góngora (en colaboración con su hermana Isabel), le dieron merecida fama en el aula, prensa española y en las giras como profesor invitado de Filología e Historia del Arte en universidades de Alemania y Francia. Su vasta obra, édita e inédita, sigue pendiente, que sepamos, de catalogación y análisis. De salud quebradiza, el entrañable amigo de Fermín Estrella, visitó periódicamente a su madre en Almería y falleció el 15 de enero de 1945 en Málaga (ignoro la razón de su estancia malacitana y situación personal. No se le conocía esposa ni hijos). A su muerte, la Tertulia Indaliana le rindió honores a la par que a D. Florentino de Castro Guisasola.

Andrés, el segundo de la saga (1886), estudió Ingeniería industrial en Barcelona. Amante de la aeronáutica, en 1908 se encontraba en París, subvencionado por el marqués de La Riera, experimentando un prototipo de avión inventado por él y su amigo Jerónimo Asensio. Tras cruzar el Atlántico en el vapor "Velarde" (1910) se inició en el sector de la construcción, del que sería un pujante promotor, con importantes obras civiles, religiosas y el residencial, a las afueras de Buenos Aires, que lleva su nombre: "Villa Millé", donde falleció en enero de 1979. Retirado de toda actividad empresarial se dedicó a investigar el pasado histórico de iglesias, conventos y órdenes eclesiásticas en Suramérica, trabajos recogidos en variados títulos.

José Millé Giménez fue el último en emigrar (1917) y el de más limitada biografía. Culminó la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional de aquel país y perfeccionó estudios en Brasil. En la Nacional y en la de Córdoba impartió clases de Historia, pasión común a todos los hermanos. Muy pronto ya firmó dos interesantes proyectos: el Parque del Centenario bonaerense y bocetos de murales para el subterráneo (Metro).

ESTUDIOS Y

FUNCIONARIADO

Última de las tres féminas y quinta de ocho hermanos, creció protegida por sus mayores en un hogar acomodado. Días de infancia felices y serenos, trocados en desencanto y ácida amargura en edad adulta. Nacida el día de Nochevieja de 1894 en calle La Reina, creció en la plaza Marín y c/. León, junto al Hospital y próxima al Instituto, Escuela de Artes y Normal Femenina, de la que se trasladó a los exámenes en Granada hasta obtener en 1917 el título de Magisterio: ¡cuatro matrículas de honor en los cuatro cursos de que constaba la carrera! Al fallecer el padre, con su madre y hermana Carmen embarcan en Málaga (1920) rumbo al nuevo país de acogida; regresando tras un lustro de estancia. Nuevamente en Almería, en 1925 (Granada) y 1929 (Madrid, Universidad Central) le conceden el Premio Extraordinario en la licenciatura y doctorado de Letras. Siempre como alumna libre, estudiando en casa con profesores nativos. El diario madrileño ABC informó (noviembre, 1930) a sus lectores de la publicación, en la edición de París y Nueva York de la prestigiosa revista Revue Hispanique, de su premiada tesis doctoral: "Guzmán el Bueno en la Historia y en la Literatura".

Siendo Manuel Azaña presidente de la II República, el 13-XII-1931 la Gaceta de Madrid insertó el decreto firmado conjuntamente por Fernando de los Ríos y Marcelino Domingo, titulares del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública y Bellas Artes, por que se creaban los Archivos Históricos Provinciales en España con la finalidad de recoger, custodiar y divulgar la documentación escrita generada por los distintos ámbitos de la Administración pública. Isabel Millé, funcionaria por oposición del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, recibe el encargo de poner en marcha el de Almería, primero de Andalucía y uno de los pioneros de España. Ya lo era del de Hacienda y en marzo de 1932 actúa como secretaria de la Junta del Patronato archivístico antes de que en diciembre comenzara a funcionar, en precario ("el local era escaso y estaba próximo a la ruina"), en una casa de D. Onofre Amat, aledaña al Ayuntamiento, y en una segunda sede en calle Murcia. En este puesto se mantuvo hasta su jubilación en 1964, salvo una estancia madrileña de ocho años en la Biblioteca Nacional. Al comenzar la posguerra se responsabilizó igualmente, durante unos meses, del archivo-biblioteca Municipal sustituyendo a Eugenio Serralbo, con un sueldo de dos mil pesetas anuales (pleno de 1-VI-1939). Del periodo de guerra, distinción Indaliana y otras vicisitudes daré cuenta cuando el homenaje de la AA.VV. Casco Histórico.

OBRA ESCRITA

El impresionante currículo reunido por Isabel Millé Giménez la convierte, presumiblemente, en la fémina almeriense de mayor rango intelectual de la historia provincial. Falleció en la clínica Virgen del Mar, de "senilidad", el 9 de septiembre de 1990. De su atractiva obra ya adelantaba en otro artículo los títulos más significativos, así como sus prologuistas. Los reiteramos:

Bibliografía gongorina, El regreso y otros cuentos, El navegante solitario, Serranías, Águilas y Cimas, Ana María, Bautismo de sangre, Cosmogonia, etcétera.

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