Reyes Martínez, mente y manos maestras para moldear el alambre
El escultor toledano afincado en Níjar realiza con este material réplicas del Quijote, barcos, indalos o toreros · Sus esculturas originales han recorrido todo el mundo en numerosas exposiciones
Un maestro del alambre. Los tendones cual sarmientos de su mano derecha evidencian el esfuerzo para moldear las esculturas que Reyes Martínez ha realizado durante cuarenta años. El artista toledano vive alejado del mundanal ruido en su casa de la pedanía nijareña de Campohermoso donde cada día esculpe numerosas piezas. Caballos, indalos, barcos, quijotes o toreros son algunos de los motivos que utiliza Reyes para sus esculturas, aunque se atreve con todo. "Si alguien me encarga que le haga algo no hay problema, me traes un dibujo y te lo hago. He hecho de todo desde jugadores de golf hasta un aizkolariak, que son cortadores de troncos vascos", comenta Martínez.
Alicates, resina, estaño y martillos predominan en su estudio, un sencillo garaje en Campohermoso. Sencillos materiales y mucha paciencia son sus mejores aliados. Su modus operandi es totalmente artesanal, una vez moldeada la pieza con el alambre, aplica una base de resina y estaño que deja secar durante 30 horas. A partir de ahí, cuando ya la resina y el estaño han hecho un cuerpo sobre el alambre, Martínez los pinta con esmalte brillo y de nuevo la paciencia cobra fuerza porque su obra ha de esperar tres días para que recobre el color final que lo realiza con un pincel. Su horario de trabajo se lo marca él mismo. "Puede pasar ocho o doce horas, lo que el cuerpo me pide. Me despierto a las siete de la mañana y me pongo con mi trabajo que me encanta y me relaja mucho", comenta.
La mili fue la principal causa que derivó a Reyes a dedicarse a esta profesión. "Estuve en Tenerife en la mili, hice el rácano todo lo que pude, me hacía el enfermo y era mentira porque quería escaparme a La Laguna a trabajar y allí comencé por puro aburrimiento porque detestaba el ejército y las armas", manifiesta Martínez.
Un día topó con un libro de Picasso que también hizo algunas esculturas en barro, alambre, cerámica y vidrio. "Cuando leí este libro del genio malagueño empecé a adquirir alambre en la mili y a probar con las formas", espeta.
La pasión por el alambre la ha heredado también su hijo mayor. "Es mejor que yo, le he enseñado los pocos secretos que sé y es muy bueno, pero el tiene su trabajo y lo hace por hobbie", asegura Reyes.
Introvertido y poco propenso al bullicio de las galerías de arte, Martínez es una persona que irradia tranquilidad. El escultor del alambre no ha querido darse mucho a conocer. "Ha sido culpa mía porque además tampoco puedo hacer ocho esculturas cada día", espeta.
Su clientela es variada. Tiendas (muchas de ellas de Toledo), particulares enamoradas de sus preciosas esculturas, empresas o clubes deportivos. "No vendo mucho en Almería porque mis ventas las tengo basadas en experiencias que he hecho por toda España". Antes de recalar en Almería, Martínez había hecho más de cien exposiciones por toda España.
Con más de cuarenta años "viviendo en el alambre" como comenta con sorna, el escultor toledano conserva su humildad y una habilidad pulida con maestría que queda refrendada con su sello en sus magníficas y originales esculturas. Un regalo perfecto para estas fechas navideñas realizado por un genio desconocido para el gran público.
También te puede interesar
CONTENIDO OFRECIDO POR DIPUTACIÓN DE ALMERÍA