Rocío Luque, una cantante que antepuso la "estabilidad" a ser profesional

¿Quién no conoce a alguien que haya practicado fútbol y no haya podido lograr su sueño de ser profesional? Comer del mundo del deporte es difícil. O de la música. Muchos candidatos y sólo unos pocos elegidos. La historia de Rocío Luque Gómez (1987, Huércal de Almería) es diferente. La almeriense empezó a cantar desde bien pequeña y aún no ha parado. En el camino se ha encontrado con distintas personas que le han visto cualidades, aconsejándole que la senda que marca el micrófono y una buena voz fuese lo principal de su vida. Sin embargo, ella decidió llevar su pasión de otra manera.

Ahora actúa en el Dúo Merlín, recorriéndose los hoteles de la provincia de Almería y de otras animando a los clientes. Su compañero, Francisco Fernández, toca el teclado, mientras que ella canta (todo tipo de música: copla, pop...). Pero la historia de Rocío es peculiar porque hace tiempo que decidió cambiar la dirección de su camino de la música. Rocío fue con ocho años a Veo Veo, de Canal Sur; y más tarde, a Viva la vida, de la misma cadena.

Los concursos televisivos pueden catapultar a los artistas. La prueba más cercana, su paisano David Bisbal. Sin embargo, la huercalense, de 27 años, decidió no presentarse a más programas, aunque ahora no le cierra las puertas a ninguno. "Decidí centrarme en los estudios; ahora, por ejemplo, estoy con las Oposiciones de Justicia, porque, en la música, como en el deporte, un día estás en la cima, y al siguiente, en lo más abajo del todo. Mi perspectiva es conseguir un puesto laboral fijo y estable. Soy realista, pero eso no quiere decir que renuncie a la música porque no se sabe si algún día podría llegar a dedicarme plenamente a ella", afirma.

Después de pasar por la pequeña pantalla, Rocío empezó a formar parte del Coro Rociero Embrujo Andaluz, de Huércal de Almería, para pasar posteriormente a la Orquesta almeriense Las Vegas, donde estuvo desde los 16 hasta los 22 años, con la que se recorrió media España (Madrid, Cáceres, Guadalajara, Vizcaya...). También actuó, más tarde, en el Cuarteto Ilusiones. "Con otra personalidad, quizás hubiese continuado yendo a concursos. También hubiese podido formarme más, asistiendo al conservatorio, clases de cante para educarme la voz... Pero es el camino que escogí. Y posiblemente eso mucha gente no lo entiende", prosigue la artista almeriense.

Si el final que todo cantante busca es la fama y la popularidad, Rocío eligió caminar sobre el camino de la estabilidad laboral y la tranquilidad, estudiando para encontrar un puesto laboral con el que cubrirse las espaldas y poder compaginarlo con conciertos que no salen en la prensa. "A pesar de que yo escogiese el camino de estudiar, no le cierro las puertas a nada ni a nadie porque quién sabe si en un futuro podría llegar a vivir de la música", apunta la artista.

Sus ideas giran en torno a los estudios de justicia. "Hace tiempo decidí enfocar mi vida hacia el ámbito de la justicia [se prepara las Oposiciones de Justicia]. Pensé que lo mejor era que la música fuese secundario porque es un mundo muy sacrificado. El mundo de la orquesta no es fácil, estás mucho tiempo fuera de casa... Pero a la vez es muy gratificante", asevera la cantante huercalense. "En este momento, en el que compagino el micrófono con los libros de texto, prefiero la comodidad de actuar por los hoteles, pero no me cabe la menor duda de que en un futuro volvería a recorrerme España con alguna orquesta en busca de algo mayor", prosigue.

¿Qué es la música para una cantante semiprofesional? "Un estilo de vida. Algunos la utilizan para ganar dinero y otros lo hacemos porque la música nos aporta cosas a nuestra vida. Me aporta todo. Si me quitan la voz y no puedo cantar, no sería yo. Siempre he estado cantando", afirma Rocío, que nunca se arrepiente de que su pasión fuese en un camino secundario, a pesar de tener cualidades para vivir de ello. Aunque el futuro es impredecible... "La música siempre va a estar ahí, siempre se necesitan cantantes para distintos tipos de fiestas...", asevera una de las pocas personas que decidió anteponer los estudios a su pasión. Pero quién sabe si en un futuro su pasión, ahora parte de su vida, sea el foco de ella.