Rosa Rodríguez expone experiencias vitales recogidas por el mundo

La pintora de Alhama de Almería vuelve a Argar con unos cuadros llenos de luz y vida que abarcan espacios tan diferentes como Terque, Granada, Nueva York , o un antiguo lavadero de su tierra natal

Rosa María Rodríguez posa en la galería Argar ante uno de sus cuadros en la ciudad de Nueva York.
Rosa María Rodríguez posa en la galería Argar ante uno de sus cuadros en la ciudad de Nueva York.
José Manuel Quesada / Almería

24 de mayo 2009 - 01:00

Sus exposiciones suelen ser temáticas, pero en esta ocasión ha querido mostrar sus vivencias y experiencias de los dos años transcurridos desde su anterior exposición. Rosa María Rodríguez ha vuelto a la galería de arte Argar con 47 óleos "algo más difíciles de conjuntar" por abarcar espacios tan diferentes como Granada, Alhama, Terque, Adra, Albox o Nueva York.

Hay temas como la faena de la uva de Terque, o de labor antropológica, como los de Alhama de Almería, su tierra natal. Le gusta meter a la figura dentro del cuadro, en casi todos lo hace; cuando no es así, intenta que todo lo que hay en el cuadro tenga vida propia, transmitiéndolo bien a través del dibujo, bien a través del color.

Se siente satisfecha consigo misma por considerar que ha conseguido lo que se había propuesto mediante una pincelada muy suelta y hacer a los espectadores partícipes de su pintura. "Para poder pintar y transmitir algo hay que vivir, estar con los amigos, viajar, ir al teatro o a un museo, disfrutar el mundo en definitiva, porque es lo que enriquece mi pintura; pero aunque lo hago casi a diario, creo que no sería bueno exponer más frecuentemente porque me absorbería por completo, y es necesario vivir".

No le resulta fácil destacar alguno de los cuadros de esta exposición, pero sí resalta uno que reproduce un antiguo lavadero de Alhama, ya desaparecido, que le ha recordado muchos momentos de su infancia "con esa singular plasticidad que tenían tantas cosas que hoy ya no existen y que con mi pintura intento recuperar de alguna forma".

Sus inagotables ganas de aprender le han hecho formar parte como fundadora de la Asociación de Acuarelistas de Almería, que acaba de cumplir un año. "La acuarela es otra forma de expresarte y manifestarte. Me llamó Julio Visconti y acepté su invitación de momento, porque con él se aprende mucho, es muy accesible y un gran artista". Todos los viernes se reúnen para trabajar, pero también realizan muchas salidas para pintar; entre otras actividades se han programado unas jornadas pictóricas que se celebran en distintos pueblos de la provincia. "Esto me hace feliz, y también he de reconocer que la rapidez y la impronta de la acuarela me están influyendo en el óleo".

Rosa comenzó a sentirse atraída por la pintura desde pequeña. Su tía Lolita era su única referencia, porque entonces no había sitios para aprender, pero la amistad de su familia con otro alhameño, el gran pintor Moncada Calvache, sería decisiva puesto que con él daría sus primeros pasos, aunque sus estilos eran muy diferentes. Tras estudiar Dibujo y Pintura en la Escuela de Artes, Cantón Checa y Canteras le dieron toda su confianza y de ellos recibió un gran aprendizaje. Es amante de la historia del Arte y una enamorada de la pintura de Van Gogh y de todos los impresionistas, y por ello ha recorrido en peregrinación todos los lugares en los que vivió el pintor holandés. Siente una especial veneración por la pintura clásica, española e italiana, y disfruta visitando cualquier museo.

Rosa María Rodríguez compagina su pasión por la pintura con la enseñanza, su otra gran pasión. Su clase en el colegio María Inmaculada de Alhama "no es una clase normal", porque está llena de pinturas, y sus alumnos de 3 a 5 años crecen viendo arte a su alrededor "y los catálogos que cojo en cada exposición que visito". Tras el magisterio infantil llega su tiempo diario con la pintura, repartido entre su casa en el Paseo Marítimo de Almería, la de Alhama, y un taller de arte.

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