Rosario Escobar recibe un emotivo homenaje en su despedida deportiva

Muchas sonrisas y, sin duda, alguna lágrima interior inundaron el cálido y emotivo homenaje tributado a Rosario Escobar Molero por un grupo de amigas y compañeras del Club de Tenis Almería con motivo de su obligada retirada de las pistas por una lesión de cadera. Han sido muchos años y muchas horas dedicada a un deporte en el que fue pionera en nuestra tierra junto a su cuñada, Teresa Valera, desde los inicios del decano club almeriense a mediados de los años setenta.

Rosario ha sido ejemplo de deportividad y de compañerismo. Maestra en el juego, ha sabido transmitir a distintas generaciones su capacidad de entrega, tesón, esfuerzo y sacrificio para ayudar siempre a los demás, con una gran competitividad en las pistas y una eterna sonrisa llena de ternura. Extraordinariamente generosa y siempre con una palabra amable, su inquietud por todo lo que le rodea le ha llevado a una continua hiperactividad desarrollada a través de las numerosas actividades en las que ha participado y asociaciones con las que ha colaborado y aún sigue haciéndolo.

Viuda de Ginés Valera, interventor de Correos, con tan solo 35 años, Rosario Escobar, continuó su trabajo como maestra de párvulos para sacar adelante a sus cuatro hijos, Rosario, Ginés, Luz y Carlos, a quienes supo transmitir los valores del deporte. Como parvulista inició su trabajo en Gérgal, trasladándose posteriormente a la capital donde llegaría su jubilación en el Colegio Mar de Alborán. Junto a Francisco Campra, como presidente del Club de Tenis Almería, formó parte de su junta directiva como vocal de cultura, misión que en la actualidad desempeña igualmente en la Asociación de Amas de Casa Virgen del Mar. Cofrade de la Santa Cena y voluntaria del Teléfono de la Esperanza y Nuevo Futuro, Rosario Escobar también es autora de dos libros dedicados al callejero almeriense con nombre de mujer.

A sus setenta y tantos años, Rosario ha sabido encajar su retirada con la misma deportividad que la ha caracterizado toda su vida, sin perder en ningún momento su sonrisa ni la capacidad de seguir transmitiendo a jóvenes y menos jóvenes su ilusión por el tenis y los valores que el deporte enseña a las personas. El compañerismo y la amistad son los más destacados. Por ello, sus amigas han querido corresponder con un cariñoso homenaje a tantos buenos momentos compartidos y disfrutados durante muchos años.