SITUACIÓN LÍMITE MAR DE ALBORÁN

Acumula 300 piezas de basura por cada cien metros cuadrados

  • El 90% de la superficie costera almeriense está 'manchada' por plástico, carbón, petróleo, productos textiles, metales y residuos generados por la actividad agrícola

El Mar de Alborán se extiende desde el Estrecho de Gibraltar hasta una línea imaginaria entre el Cabo de Gata (Almería-España) y Cabo Fégalo (Orán-Argelia). Es, por lo tanto, el trozo de Mediterráneo que baña las cosas almerienses. Pero su situación es preocupante. Guarda bajo sí la mayor la posidonia oceánica y la diversidad marina más grande de Europa. Pero el desastre ecológico se cierne sobre él. No para de recibir basura y las medidas gubernamentales y directrices europeas encargadas de hacer frente a ello no terminan de aplicarse de forma garantista.

Las asociaciones en defensa del Medioambiente como Greenpeace, la Asociación Vertidos Cero y Asociación Española de Basuras Marinas, e incluso el Ministerio de Medio Ambiente, han alarmado sobre la cantidad de basura que se está acumulando en el Mediterráneo. Según estas, el Mar de Alborán ya concentra más de 300 piezas de basura por cada 100 metros cuadrados, o lo que es lo mismo, el 90% de su superficie está manchada por plásticos, metales y demás residuos generados, siempre, por la actividad humana. En cuanto al tipo de basura encontrada en el mar, su superficie está bañada en un 90% por plásticos; un 70% por cerámica, vidrio o madera; un 54% para el carbón y el alquitrán; un 51% en metal; un 38% en textil, y los derivados de la actividad pesquera afecta a un 29% de este mar. En Almería, plástico, carbón, petróleo, productos textiles, el metal y los residuos generados por la actividad agrícola son los más numerosos. Tanto en la costa almeriense como en la granadina y en la malagueña se realizan actividades agrícolas intensivas con un alto consumo de productos fitosanitarios, siendo relevante el aporte al mar de plaguicidas de distinto tipo.

El Mar de Alborán preocupa porque sus efectos están incidiendo directamente y en una medida razonable en la salinidad de la columna de agua, así como en los ciclos biogeoquímicos, en la temporada, en la conductividad o lo primero de lo que muchos hablan cuando se trata este asunto, el terror a la subida del nivel del mar, que afectaría a prácticamente todas las costas a escala planetaria. Pero además de estos factores, en la costa almeriense, así como en la malagueña y hasta el Estrecho de Gibraltar (por donde se prolonga el Mar de Alborán), hay otras actividades de consecuencia negativa como los vertidos incontrolados, la urbanización excesiva del litoral o el turismo de masas.

El problema es que limpiar el mar es caro. No es algo que los gobiernos asuman sin resquemor. De hecho, el español ya asumió que había quedado demostrada la imposibilidad de aplicar métodos paliativos sobre las basuras que se encuentren en el medio marino.

Según datos de Greenpeace, se estima que entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos cada año. El Mediterráneo tiene una densidad de plásticos comparable a la de las zonas de acumulación (conocidas como "sopas de plástico") del Pacífico: una pieza por cada 4 metros cuadrados. Del 21% al 54% de todos los fragmentos de microplásticos en el mundo se encuentran en la cuenca mediterránea. Además, el 96% de las muestras de basura marina en la superficie del Mediterráneo son plásticos. Se ha encontrado plástico en todas las zonas marinas del Mediterráneo: playas, costas rocosas, en la columna de agua y en el fondo marino, hasta profundidades de 3.000 metros.

El 72% de la basura recogida en las playas españolas del Mediterráneo es plástico. Más de 1.300 especies, como cetáceos, peces, aves o tiburones, se han visto impactadas por la basura marina. El 92% de los casos con plásticos. Pero es que el 97,3% de la basura ingerida por la tortuga boba en el Mediterráneo es plástico.

En España, más del 50% del plástico termina en vertederos sin ser reciclado, sin contar el que no se deposita en ningún contenedor y queda abandonado.

La abundancia de basuras flotantes ha obligado en muchas zonas a fletar embarcaciones que recogen la basura flotante. Cada vez es más común la presencia de estas embarcaciones, que a duras penas pueden hacer frente a un problema de tal magnitud. Sin embargo estas operaciones de recogida suponen un alto coste económico. Las cuerdas, plásticos, bolsas y otros objetos flotantes son la pesadilla de los navegantes, y suponen un peligro escondido para las miles de embarcaciones que surcan nuestros mares.

Iniciativa desarrollada por Greenpeace para acabar con los residuos plásticos en el mar.

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