"En La Salle aprendí cuanto sé y conocí a mis mejores amigos"

Viki Ortiz recuerda con nostalgia los casi 15 años que pasó en el colegio, "el olor del cocido de Carmen y todas las actividades en las que me gustaba participar"

Viki Ortiz representará hoy a los antiguos alumnos de La Salle.
Viki Ortiz representará hoy a los antiguos alumnos de La Salle.
José Manuel Quesada / Almería

24 de abril 2009 - 01:00

Victoria del Pilar Ortiz Sánchez entró en el Colegio de La Salle en 1990, cuando tenía 5 años, y allí permaneció hasta cumplir los 18. En él hizo la comunión y recibió catequesis hasta la confirmación, "en que me trasladé a la iglesia de Santiago porque no me gustaba la del colegio". Sí le gustaba participar en todas las actividades que en él se organizaban, como el Día de la Constitución, el de Andalucía, el de la Paz..., y allí hizo dos pregones de Semana Santa. De vez en cuando visita el colegio para ver a los profesores y en cuanto puede se reúne con los antiguos compañeros para recordar historias del pasado, de sus casi 15 años de vida en el Centro. "Mis mejores amigos los conocí allí y casi todo cuanto sé se lo debo al colegio".

Las aulas aún conservan restos de paso por las mismas, como figuritas de un belén de plástico que por Navidad adornaba su clase, o carteles de Semana Santa que aún permanecen en algunos armarios. No olvida la tensión que vivían en el aula de música, "cuando abriendo su puerta creo ver al hermano José Luís Aguilera con su rostro fijo y serio y su varilla apuntando en la pizarra las notas musicales a tocar con la flauta". Paseando por los pasillos de primaria se ve colgando en la cartelera los dibujos que don Luís había elegido como los mejores de la semana,

Al asomarse al bar del colegio se queda asombrada de ver cómo ha cambiado en unos años. Sin embargo, aún consigue distinguir "el magnífico olor del cocido que Carmen preparaba" y entonces le pedía a su madre que la dejara comer allí, como su amiga Paola, "a lo que ella respondía que me iba a alquilar una habitación en el colegio para que me fuera a vivir allí Aún se le hace la boca agua cuando recuerda los bollos de chocolate que el bar recibía por la tarde y que comían con ansia después de hacer gimnasia, o los bocatas de mortadela de Carmen a la hora del recreo. Tiene grandes recuerdos de su etapa de bachillerato, aunque nunca disfrutara de un viaje de estudios. "Creo que fuimos la única promoción que no viajamos a pesar de las promesas de don Francisco Reina de visitar París".

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