Sancionan a un 'taxi pirata' de Almería al captar un viajero en el puerto de Algeciras

La Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras (APBA) sorprendió ayer a un vecino de Vícar cuando se disponía a transportar a un cliente que había captado en la salida del pasaje procedente de Tánger y que no tenía la correspondiente licencia para transportar a pasajeros.

El taxista pirata, al percatarse de la presencia de la Policía Portuaria, negó que fuera un servicio de transporte que iba a cobrar y además aseguró que el cliente era un conocido al que estaba esperando para viajar hasta el aeropuerto. Sin embargo, a preguntas de la Policía, el cliente negó que conociera al conductor y manifestó que habían llegado a un acuerdo verbal para que le llevara hasta Denia, en Alicante, por el precio de 50 euros. El taxista fue expulsado del recinto portuario y la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras le abrió el correspondiente expediente por actividad irregular de un servicio de transporte para el que no tiene licencia.

Con esta actuación de la Policía de Algeciras se demuestra, una vez más, que la piratería en el transporte de viajeros existe también en otros lugares de Andalucía y España. Pero además, se demuestra que los que ejercen este servicio de forma ilegal en Almería ya han traspasado fronteras, es decir, recogen un servicio en Almería y lo llevan hasta Cádiz pero para la vuelta ya han contactado con alguien para no venir de vacío. Estas artimañas no son una novedad, pues los taxistas de Almería llevan ya más de seis años denunciando estas prácticas ilegales ante el Ayuntamiento de Almería y ante la Delegación Provincial de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía.

Desde el pasado mes de junio, los que ejercen de taxis piratas han visto incrementadas las sanciones que ya ascienden a casi 5.000 euros además del precinto del vehículo cuando son reincidentes.

La medida un tanto más dura respecto a la normativa anterior al mes de junio fue puesta en vigor por la Delegación provincial de Obras Públicas y Transportes después de un largo período de quejas y reclamaciones por parte de los taxistas de la capital. Además, entró en vigor sólo un día después de que un autónomo del sector fuera agredido por un pirata marroquí cuando éste le llamó la atención por cargar a viajeros en la puerta de la Estación Intermodal.