Los Santos Mártires viajan hasta la ermita entre devotos, música y fuegos artificiales

El recorrido cerró las actividades religiosas de estas fiestas de verano · Las imágenes no saldrán de su nueva ubicación hasta el próximo 19 de abril, día en el que regresan a la parroquia

Los Santos Mártires, justo en el momento en el que salen de la Parroquia.
Rafa Espino / Abla

09 de agosto 2011 - 05:01

La llevada de los Santos Mártires desde la Iglesia de la Anunciación hasta la ermita, situada junto al ya desaparecido Jardín de los Santos, es una procesión hecha para sorprender, digna de ser considerada la mejor noche del verano en la localidad. Y no sólo por el acto religioso, que también, si no por la belleza de su recorrido y los detalles que la envuelven, tales como la explosión de fuegos artificiales sobre el Puente de Los Santos, justo a la mitad del trayecto, a su paso por la rambla y con la única luz que la pirotecnia y la luna son capaz de generar.

Cada verano, desde hace ya 37 años, los Santos Apolo, Isacio, Crotato y la Virgen del Buen Suceso, acompañados de San Segundo, cambian su ubicación. Hasta entonces, siempre permanencían encerrados en la parroquia, pero para que los emigrantes de la localidad en otras tierras, mayormente en Cataluña, pudieran disfrutar de las fiestas de su pueblo, se organizaron unas nuevas celebraciones justo en el primer fin de semana de cada mes de agosto. Desde entonces, estas fiestas permanecen inamovibles en el calendario abulense.

Anteayer era el último día de festejos, así que había que terminar a lo grande. Era día de oficios religiosos. Primero se celebró una eucaristía en honor a los Santos Martíres. Al finalizarse y con puntualidad británica, a las 21:00 horas se iniciaba la andadura hasta el cementerio, donde se sitúa la ermita en la que las imágenes permanecerán encerradas hasta el próximo 19 de abril, fecha en la que se celebran las fiestas primaverales del municipio, es decir, los de toda la vida.

El trayecto recorrió, inicialmente, las calles más importantes de Abla. De la parroquia se pasa a la Calle Real y, a continuación, se desciende por la calle Granadillos hasta el Paseo San Segundo, para, enseguida, coger la carretera nacional que parte el pueblo en dos y entrar en la vía que une Abla con Ohanes. Ahí es donde está la magia de esta procesión. En la más completa oscuridad, con la única iluminación de los candiles que rodean a los santos, la banda de música municipal y el grupo de tambores y cornetas ponen el hilo sonoro a momentos de completa devoción. Pero no es una procesión al uso, la organización ha querido experimentar con nuevas posibilidades y desde luego que han acertado. A los típicos cohetes que se lanzan al cielo en estas fiestas se les ha unido un espectáculo de fuegos articifiales justo en la mitad del recorrido. Casi un cuarto de hora de colores que consiguen iluminar por segundos un paraje de zonas verdes que se encuentra en la llanura que une las elevaciones donde se asienta abla y, justo en frente, el cerro donde está construida la ermita y el cementerio.

Cerca de la media noche termina la procesión. Apolo, Isacio y Crotato, junto a San Segundo y la Virgen del Buen Suceso, llegaron a su destino. Una vez dentro de la ermita, el pueblo le rindió homenaje con un himno en su honor, que se entona tanto en la llevada como en la traída de las imágenes, y el sacerdote de la localidad cerró el acto con un discurso y varias oraciones dedicadas a estos símbolos del municipio. Hasta la primavera de 2012 se cierran estas celebraciones. Un punto y seguido al que los vecinos de la localidad le dan cotinuidad año tras año.

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