Sardinas, paella y buen tiempo para celebrar Las Moragas
Desde la Urbanización hasta Aguadulce, la playa contó con cientos de personas para celebrar un día de playa y fiesta
Cuando lea estas líneas es posible que todavía haya gente celebrando Las Moragas, o más bien con la resaca de la fiesta, porque fueron miles de personas las que ayer bajaron a las playas del extenso término municipal roquetero para disfrutar con la familia y los amigos de una de las fiestas más características de Roquetas. Desde La Urbanización hasta Aguadulce un soleado día invitaba a estar disfrutando de la jornada. En El Puerto esperaba el show de la orquesta Merlín a la caída del sol, aunque muchos elegían las casas o los locales para seguir celebrando Las Moragas, un acontecimiento tan antiguo como Roquetas, cuyo origen todavía se discute. Sin duda lo más parecido es la noche de San Juan.
Cante, baile, pescados, carnes, embutidos, jamones, ensaladas, arroz, migas, vino, cerveza, licores... no falta de nada. Y hasta que el cuerpo aguante. Parrillas, barbacoas, leña, bombonas de butano, maderos para las brasas, y alegría, mucha alegría.
Si la fiesta de Santa Ana es la fiesta religiosa más animada y concurrida del pueblo de Roquetas de Mar, la fiesta de las Moragas es la más multitudinaria de todas las fiestas paganas de la provincia de Almería.
La sabiduría popular y la tradición oral recuerda con cuentos, canciones y anécdotas la vida de los pescadores de El Puerto. Entre estas coplillas, "atención, El Puerto y Roquetas, noticias vengo a traer, yo quise a una roquetera y ella no me quiso a mí. Ella no me quiso a mí, de otro se enamoró. Ahora anda preguntando la vida que llevo yo, la vida que llevo yo. Es fácil de comprender que ando de borracheras por culpa de una mujer, lo mismo me bebo un blanco, me bebo cuatro libretas (de ahorros), para olvidar los quereles que tenía yo en Roquetas, para olvidar los quereles que tenía yo en Roquetas".
El desaparecido canónigo archivero de la Catedral de Almería, Juan López Martín, escribió, "cuánto me gustaría poder descifrar esa tradición roquetera de origen, sin duda, pagano y antiquísimo que es nuestra fiesta de las Moragas. Acudir a la playa cada 29 de diciembre para comer las sardinas y otros pescados asados sobre las brasas de unas algas, nos habla de un rito misterioso al que todos nos sentimos arrastrados. Ojalá un día podamos saber qué significan esas moragas alrededor de las cuales se come y se danza, expresando la paz de una familia unida. Y luego por la tarde el regreso a casa entre las comparsas con graciosos disfraces que se alejan cantando. ¿De dónde viene todo eso? Yo pienso que de muy lejos de la historia", recordaba el sabio sacerdote fallecido.
Así, se conmemoró un año más una fiesta donde la comida, el baile y el cante se convirtieron en los verdaderos protagonistas de la jornada. Una fiesta que contó con el sol como aliado de los roqueteros.
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