La Plataforma para la Conmemoración del Levantamiento de Los Coloraos y los colectivos que la conforman, entre ellos Amigos de la Alcazaba, van a solicitar a la Consejería de Cultura la declaración del cenotafio como Bien de Interés Cultural (BIC), una protección que evitaría su traslado de la Plaza Vieja, mientras se preparan también alegaciones ante el modelo de plaza mayor del Ayuntamiento de Almería.

La solicitud de BIC ha sido anunciada durante la jornada de debate público organizada por el Colegio de Arquitectos (COAA), en colaboración con el Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas (COITAAL), con motivo de la modificación puntual del PGOU, aprobada en Pleno y ahora en periodo de exposición pública, que le permite al Consistorio cambiar la ubicación del monumento y trasplantar los ficus.

En el debate participaron la presidenta de Amigos de la Alcazaba, María Teresa Pérez, la decana de los ingenieros agrícolas, María Teresa García, y el arquitecto Gerardo Roger, en su día director de Urbanismo del Ayuntamiento y responsable también del PGOU de 1998, aún vigente. Con las ausencias lamentadas de la concejal de Urbanismo, Ana Martínez Labella, la arquitecta del proyecto de remodelación de la Plaza Vieja, Susana Ordaz, y el arquitecto ganador del concurso de la rehabilitación de la Casa Consistorial, José Ramón Sierra Delgado, durante su exposición, la presidenta de Amigos de la Alcazaba explicó que la asociación está preparando la documentación oportuna para respaldar la petición de BIC del monumento de Los Coloraos.

No es la primera vez que es cursada. Ya lo hizo con anterioridad la Plataforma, obteniendo la negativa de la Delegación de Cultura el año pasado por “documentación incompleta”. En esta nueva ocasión, además de Amigos de la Alcazaba y la propia Plataforma, se sumarán otros colectivos vecinales con la intención de ofrecer un nuevo paraguas de protección frente a la modificación del PGOU.

Sobre la misma, serán registradas alegaciones con un extenso argumentario donde se pone en valor componentes históricos y sentimentales en defensa de la permanencia del Pingurucho en la Plaza Vieja, donde lleva más de un siglo, así como también arquitectónicos y normativos. Según María Teresa Pérez, la modificación aprobada por el Ayuntamiento contraviene el propio PGOU, que ofrece una “protección integral al conjunto del casco histórico en el que está incluida la Plaza Vieja” , así como al Convento de Las Claras que, como BIC, no puede ver alterado su entorno.

Entre las alegaciones, se encuentran, además de las de asociaciones vecinales como Casco Histórico o Pescadería-La Chanca, la del COITAAL, más centrada en la conservación del arbolado de la Plaza Vieja. La decana del Colegio advierte sobre las escasas probabilidades de que el trasplante de los ficus, algunos con más de un siglo de vida, pueda realizarse con éxito y defiende su permanencia como “patrimonio vegetal” . Rechazando que el arbolado suponga una pantalla visual a las fachadas protegidas del conjunto de la Plaza Vieja, María Teresa García aportó en el debate posibles soluciones alternativas como “podas con arte” .

El decano de los arquitectos, José Díaz, recordó la postura del COAA, desde donde se considera inadecuado cambiar la sombra vegetal por una textil, así como el modelo de plaza diáfana castellana y el posible abuso de la Plaza Vieja como terraza para la restauración.

El arquitecto Gerardo Roger abordó la historia ciudadana y social del monumento, los aspectos urbanístico y jurídicos, así como los costes económicos de la actuación planteada por el Ayuntamiento. A los más de dos millones de euros de inversión en las obras de remodelación de la Plaza Vieja, sumó otra cantidad superior a los 800.000 euros que, según sus cálculos, podría costar el traslado de Los Coloraos, sobre el que también se ha advertido sobre los riesgos de su ejecución y posibles daños al monumento. “Esto no se hubiera aprobado en ningún sitio de España”, concluyó.