Solicitan su protección por sus valores estético, artístico y pasaijístico

Los ejemplares centenarios y las especies únicas en la provincia conviven con las esculturas

Los arcos, uno de los lugares preferidos del Parque.
Los arcos, uno de los lugares preferidos del Parque.
María Victoria Revilla / Almería

03 de agosto 2009 - 01:00

Según la Ley 14/2007 de Patrimonio Histórico Andaluz, "son jardines históricos los espacios delimitados producto de la ordenación humana de elementos naturales, a veces complementados con estructuras de fábrica, y estimados de interés en función de su origen o pasado histórico o de sus valores estéticos, sensoriales o botánicos". Son pues distintos valores patrimoniales los que la Junta tiene en cuenta a la hora de declarar un jardín BIC y el Parque Nicolás Salmerón cumple la totalidad de los requisitos.

Así lo entienden los técnicos de la Delegación Provincial de Cultura que, en su informe, destacan su valor histórico y arquitectónico como primer parque de la ciudad, hito en la transformación urbana del XIX y el XX, y reflejo de los cambios económicos, sociales y demográficos. "Fue el parque una zona de atracción para la instalación de actividades relacionadas con el puerto y de residencia de la burguesía local y, en el presente, sigue actuando como un espacio de especial singularidad e identidad dentro de la topografía urbana".

Otro factor determinante para su propuesta como BIC es su gran riqueza botánica, con especies arbóreas de diversas procedencias y únicas en la provincia de Almería, destacando los grandes árboles con ejemplares centenarios y otras especies de elevado valor botánico. Palmeras, varias especies de ficus, el árbol bella sombra, el árbol de los dioses, falsos pimenteros, pinos, pinos australianos, olmos o moreras nutren esta riqueza botánica.

Desde el punto de vista artístico y conceptual, explican los técnicos que el trazado del Parque es por un lado paisajista de naturaleza abierta y por otro racionalista, con una organización espacial marcada con la distribución de la vegetación y el mobiliario urbano con quioscos, escalinatas, fuentes, monumentos o esculturas; elementos que le confieren un valor estético, artístico y paisajístico "peculiar", que es "preciso proteger, conservar y difundir".

En esta propuesta como Bien de Interés Cultural, Jardín Histórico, se ha incluido expresamente una serie de elementos escultóricos esenciales para la historia del Parque Nicolás Salmerón que es necesario proteger. En este sentido destacar la fuente de los Peces de Jesús de Perceval (1955), el Remero de la Fuente de los Hombres del Mar, de Marino Amaya (1971), la fuente de los Delfines de Juan Segura Sebastián (1970), la reproducción del Discóbolo de los Talleres Oliveros y el Monumento a Navarro Rodrigo obra de Juan Cristóbal en 1927, aunque el busto desapareció hace años.

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