Crónicas desde la Ciudad

Stella Maris (II) Jesuitinas en la Rambla

  • La guipuzcoana Juana Josefa Cipitria y Barriola (1845-1912), Madre Cándida, será canonizada Santa esta mañana -junto a otros cinco hombres y mujeres- durante una solemne ceremonia en el Vaticano

ANOTABA en una crónica anterior la venida en agosto de 1944 del reducido grupo de fundadoras de la Congregación de Hijas de Jesús en Almería; religiosas que un lustro después ascendían a veinticinco. Desde su llegada encontraron el afecto y ayuda de Dª Heliodora Martínez, esposa del abogado y político conservador Rogelio Pérez Burgos. Hasta 1950 Soledad Larrañaga Cebeiro fue su primera Superiora -más adelante responsable de la curia Generalicia en Roma-, a la que sucedió María Auxilio Tapia. A propósito de nombramientos, cabe destacar que la almeriense, natural de Uleila del Campo, María del Pilar Martínez García, destinada en Japón y a donde regresó al concluir su mandato, ocupó igualmente tan alto rango (la información me la facilitó Ramón Ponce, fiel reivindicador de su patria chica). Actualmente lo es, por primera vez, una no española: la brasileña Mª Inés Furtado.

Aunque pronto lograron un sitio privilegiado en la Enseñanza local, debieron cohabitar en la Almería de posguerra -agotada, pobre y vencida- con la fuerte competencia educativa de centros privados femeninos sólidamente arraigados: Compañía de María, Adoratrices, Damas Catequistas, Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul (El Milagro), Religiosas de la Inmaculada (Servicio Doméstico) y antes y después La Inmaculada (Las Puras) y Divina Infantita. Sin embargo las Jesuitinas esgrimieron a su favor un argumento diferenciador: en sus aulas se impartía la Enseñanza Primaria -como en el resto- y el Bachillerato General, disciplina que sólo ofertaban los masculinos Colegio Diocesano, La Salle y el Instituto de Enseñanza Media, público y estatal. Más adelante los ampliaron con estudios superiores en la Escuela de Magisterio de la Iglesia.

Edificio funcional

En octubre de 1946 Soledad Larrañaga dirige un oficio solicitando al Ayuntamiento el preceptivo permiso para la construcción "del colegio que tienen proyectado en la margen izquierda de la Rambla de Belén, sur de la Avda. de Calvo Sotelo, para lo que han adquirido el correspondiente espacio". Ceden gratis 417 m/2 para vía pública a cambio de una costosa cimentación de la citada Rambla. Ambos fueron denegados, por lo oneroso de la obra y por estar en "zona cruzada por varios proyectos de calles". El solar adquirido a Dª Rosa Callejón ocupaba el cortijo de San Diego, limitado a norte y sur por el cortijo de Los Picos de los hermanos Donoso y Talleres Francisco Oliveros, S.A. Terrenos de enorme futuro urbanístico, acrecentado tras la llegada del Ferrocarril. De cualquier manera, su construcción se llevó a efecto a pesar de no contemplarse en el legajo urbanístico correspondiente (AMAL). Con una escueta gacetilla y fotografía de Ruiz Marín, Yugo da cuenta en diciembre de 1848 de la apertura del centro:

"El pasado domingo día 12 se celebró solemnemente la inauguración del Colegio de niñas "Stella Maris", de las Hijas de Jesús (Jesuitinas), en el nuevo edificio que ha sido construido ex profeso. Ofició la Misa el señor Obispo de la diócesis y asistieron al acto los Gobernadores civil y militar".

Los cursos de Primaria y Bachiller se suceden con normalidad hasta que en enero de 1951 un importante hito marca la trayectoria de las monjas en Almería, gracias a la influencia y favor que gozaban del obispo Alfonso Ródenas: el Ministerio de Educación les autoriza una Escuela de Magisterio de la Iglesia, paralela a la Normal estatal; enseñanza reglada que fue atendida en sus propias instalaciones del Malecón de la Rambla. Para la convalidación del título los alumnos tenían que examinarse en Granada en la Normal de Magisterio oficial de cuyo tribunal formaba también parte alguna religiosa del Stella Maris. En esas echas era Superiora María Auxilio Tapia, responsable a su vez de la compra de terrenos que sumados a los anteriores conforman la extensa parcela de 9.000 m/2 (edificados, patios y zonas ajardinadas). Por falta del suficiente alumnado, Magisterio lo clausuraron en 1971. El Pleno municipal de 25 de febrero de 1960 concede licencia para levantar un edificio anexo al existente. La memoria y planos del moderno inmueble educativo de dos plantas, los firma el arquitecto Antonio Góngora en noviembre de 1958. Sólo nos cabe abordar aspectos generales sin posibilidad de entrar en detalles del ambicioso proyecto. "El colegio Stella Maris ha resultado insuficiente al poco tiempo de haberse construido, ya que la población escolar femenina que recibe instrucción en el mismo rebasa la normal capacidad de las aulas que existen, sin que sea posible tampoco atender las demandas de plazas para el internado", adelantaba Góngora Galera. Este constaría de aularios, salón de actos, capilla, internado, oficinas, zonas comunes y galerías, laboratorios, patios y jardines. Con la presencia expresa de la Madre Soledad Larrañaga, el obispo bendijo el 6 de mayo de 1961 la iglesia, "bella y acertada muestra del arte moderno, en el que el arquitecto don Antonio Góngora ha conseguido aunar con gran acierto la devoción, el arte y la singularidad, juntamente con el sentido práctico". Durante la ceremonia entronizaron una imagen de La Inmaculada, obra del escultor granadino López Burgos.

Piedras Redondas

Al no renovar su propietario el contrato del local en alquiler de la calle La Reina/Parque, en 1964 finalizaron su colaboración con el Colegio Hogar "Virgen del Carmen"; en todo ese periodo se trasladaban de la residencia de la Rambla para atender la escuela, comedor y talleres. Ródenas García, conocedor de la capacidad y eficacia demostrada por las Jesuitinas, les pidió que continuasen con su labor pedagógica en un barrio deprimido. Y hasta Piedras Redondas se trasladaron las hermanas Maruja Benítez y Matilde a dar clases a niños pobres en unas cocheras prestadas. En solares de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad (c/. Sierra de Montagut) edifican el Colegio "Virgen de la Paz", procediéndose a su apertura en el curso 1971//72. Está atendido, además del resto de personal docente, por cuatro monjas residentes en la c/. Sierra Morena.

Jesuitinas, hoy

Tras sesenta y seis años de presencia ininterrumpida y decenas de promociones de antiguas alumnas, las Hijas de Jesús habitan las antedichas comunidades de Piedras Redondas y rambla Federico García Lorca, a las que se incorporó hace tiempo atrás la localidad de Roquetas de Mar.

Aquí trabajan con grupos de emigrantes, preferentemente dando clases de español, y atiende al grupo de mujeres que permite la reducida casa de acogida. El colegio matriz Stella Maris cuenta al día de hoy con una plantilla de 74 profesores (mujeres y hombres), de los cuales 3 son religiosas. La dirección corre a cargo de Caridad Martínez Fernández (seglar) y de la malagueña Francisca Moreno como responsable de la Comunidad de Hijas de Jesús. Funciona en régimen "concertado" y mixto, con 1.350 chicas y chicos matriculados: desde Párvulos a 2º de Bachiller. O lo que es lo mismo, de tres años a las puertas de la Universidad.

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