Una tarde de sábado súper caluroso con la ligera brisa del mediterráneo ha visto como la plaza de la Catedral de la Encarnación se hacía un Miércoles Santo ante el gentío que se agrupaba ante las altísimas palmeras que abovedan la plaza episcopal para presencial con solemnidad barroca la salida procesional de María Santísima del Consuelo, Cotitular de la Real, Ilustre y Franciscana Cofradía del Silencio con motivo del 75 aniversario fundacional de esta corporación cofrade penitencial. Eran las 18;45 horas del día 21 de mayo, día del ascenso del Almería a Primera División, cuando cientos de móviles quisieron inmortalizar este momento histórico en la vida del catolicismo popular almeriense, una nueva forma telemática de expresar el fervor y la devoción.

Un cortejo procesional organizado por los responsables del mismo con la máxima perfección eclesial, dentro de los cánones cofrades, que tuvo como gesto de fraternidad más relevante, la colaboración y cooperación de la Agrupación de Cofradías y demás Hermandades penitenciales y de gloria del concierto cofrade almeriense, que se hicieron presentes a lo largo del trayecto con diversa simbología y ornatos en señal de veneración a tan excelsa imagen sagrada de Castillo Lastrucci camino de la Iglesia parroquial de san Agustín, sede canónica desde su fundación, aunque años pasados dejó de ser el convento de la Orden Franciscana Menor.

El Paso de Palio de la Virgen del Consuelo iba sublime en todos los sentidos, destacándose en relación con el Jueves Santo en el exorno floral realizado por Víctor González de magnífica exquisitez con peonias, rosas, cardos y clavales, rosas y orquídeas de cera, que daba una percepción en su conjunto de la inmensidad creadora de la Naturaleza expresada en el Hijo de Dios, que permanece de forma esperanzadora y permanente en el Sagrario. Las calles por donde iba discurriendo se encontraban engalanadas con motivos propios de una procesión de alabanza para rendir con devoción amorosa a la “Reina de Alfareros” y “Palomita de san Agustín”.

Iglesia de Santiago Apostol de la capital almeriense

La Dolorosa bajo palio con toda la candelería encendida, que vislumbraban los diferentes escudos y símbolos de la historia de la Cofradía pintados por Juan Bautista Gimeno y Jorge Groiss del taller@Laetaresacro, iba avanzando por la Calle Virgen de la Soledad con maestría por el pregonero capataz del aniversario Manuel Vicente Barranco y José Alejandro Suárez, entre la impenetrabilidad de cientos de fieles por el camino trazado por el casco histórico, entre conventos de clausura y otros conventos de religiosas, e Iglesias diocesanas, a los finos acordes musicales de la Sociedad Filarmónica La Oliva de Salteras, que comenzó sus compases musicales con la marcha procesional “Consuelo” compuesta por Cristóbal López Gándara y finalizó “Como tú, Ninguna” de David Hurtado Torres. Por supuesto, como es tradicional, se interpretó el Himno Nacional a la salida y entrada de la Virgen del Consuelo, máxima expresión constitucional con sentires religiosos del respeto al derecho de la libertad de creencias y al Misterio de la Fe.

Bajo la dirección espiritual del consiliario Rvdo. José Juan Alarcón con la asistencia de la Junta de Gobierno presidida por el Hermano Mayor Juan José Benavides, la procesión sacrosanta entre petaladas desde los balcones y templos, y cohetes cerca de la Virgen del Carmen Coronada, iba precedida por la querida Agrupación Musical Nuestra Señora del Mar de Huércal de Almería, que con la interpretación de marchas procesionales nos adentraba de lleno en ese halo espiritual que integraba todo el cortejo procesional debidamente ordenado en sobriedad y austeridad con el silencio blanco idiosincrasia de esta Cofradía penitencial franciscana y benemérita por tener a la Comandancia de la Guardia Civil de Almería desde 1981 hermanos mayores honorarios y cuyo fajín de General lo llevaba entre la vestimenta la Virgen del Consuelo.

Si todo el recorrido fue dulcificado por la expresión amorosa de la Virgen del Consuelo, la llegada al barrio del cortejo procesional, al pasar por la Plaza Virgen del Consuelo, Calle Jesús de Perceval, antigua calle Padre Gabriel Olivares, Plaza de la Inmaculada y otras adyacentes, fueron expresión genuina de la identidad de esta Cofradía que ha sabido actualizar el legado recibido durante la Transición política hasta el día de la fecha, sin perder un ápice de los principios evangélicos que fueron objeto desde su fundación por la extinta Organización Sindical y reorganizada el 1 de abril de 1978.