Sueños a ritmo de pedal

Durante los próximos días se va a desgranar la aventura que nos llevó a cruzar la Península Ibérica en el proyecto Sube a la bici. Del desierto a la Green Capital. Esta ruta la realizaron Arturo Martínez, Cristina Blanes y Mari Carmen García.

Los objetivos de esta aventura estaban ya en la mente de los promotores desde hacía bastante tiempo: promover el uso de la bici como un transporte sostenible y animar a las administraciones a trabajar a favor de este transporte en los lugares donde vivimos.

Os podéis imaginar que si un viaje de fin de semana requiere tiempo, llevar a cabo semejante proyecto necesitaba gran trabajo de planificación y organización. La búsqueda de patrocinadores y colaboradores, la difusión en los medios de comunicación y en las redes sociales eran la punta del iceberg. Pasaron los días, las semanas y los meses.

Cristina había dejado muy claro en un mapa de España pegado en el despacho su mensaje. Yo le conteste en un pos-it pegado junto a él: "Si quieres comienza escribiendo unos cuantos lugares que te gustaría visitar. Da igual que sean ciudades, pueblos o parajes naturales. TQ". A los pocos días en el mapa apareció una línea en lapicero. Así comenzó a moldearse en nuestras cabezas un sueño cercano. Y ella, sin evitarlo, hacia que me volviera a subir a la bici.

Habían pasado dos años desde mi última aventura en bicicleta. Ya tenía mono de volver a sentir lo que significaba la aventura para mi y esta vez todo lo que viví antes, comenzaba a verlo en otra persona. Veía sus inquietudes, los nervios, los preparativos…

Aventurarse implica viajar mucho antes de partir. Nosotros iniciamos la aventura en aquel mapa pequeño con una línea de lapicero marcada por los rincones por los que podríamos pasar unos meses más tarde y bajo una frase: ¿Dónde vamos? ¿Te das una vuelta conmigo? Y se cumplió.

Salimos de Almería el 30 de junio del 2012. Hacía calor en esta tierra y por si fuera poco la primera etapa culminaba en el Desierto de Tabernas. Nos despedimos de amigos y familiares e iniciamos este primer día de ruta arropados por otros tantos que se animaron a pedalear con nosotros. Una de las bases del proyecto es que invitamos a todas las personas que lo desearan a acompañarnos por horas, días o semanas sin pensar nunca que una de las personas que se venían con nosotros en el primer día, Mari Carmen, acabaría completando el periplo.

Pedalear durante 45 días y 1972 kilómetros no es algo que se pueda hacer todos lo años. Fuimos conscientes y tratamos de disfrutar cada uno de los días del viaje desde Almería hasta la Green Capital 2012 (capital verde Europea), Vitoria-Gasteiz.

Durante los primeros días recorrimos alguno de los espacios más singulares de Andalucía. El desierto de Tabernas, la Olla de Guadix (Granada), Sierra Mágina o las vías verdes del Aceite (Jaén), la Subbética o la vía de la Campiña (Córdoba). Visitamos con técnicos del Ayuntamiento, la ciudad de Córdoba y recorrimos in situ la historiade los bici carriles en Sevilla junto a los miembros de Acontramano, la asociación que promueve los derechos de los usuarios de la bicicleta .

En Tabernas sufrimos los primeros calores. Rodamos por la carretera, entre las sierras de los Filabres y Sierra Alhamilla en una de las regiones de Europa con menor cantidad de lluvia. La misma zona donde Sergio Leone lanzó a la fama a Almería como plato de cine (el spaghetti western) y donde Clint Eastwood, Henry Fonda, Charles Bronson y Claudia Cardinale, entre otros, cabalgaron.

Pasamos junto a la cruz que recuerda los asesinatos del caso Almería. En este lugar aparecieron los cuerpos calcinados de tres inocentes que fueron confundidos con etarras y pagaron con sus vidas la cagada de la guardia civil.

A los pies de Sierra Nevada paramos a comer un chinito en Dólar y entre otras actividades estas primeras dos semanas hablamos con panaderos en plena tarea, con agricultores que injertaban almendros, con bodegueros que intentan sacar un vino ecológico en El Marchal (cerca de Guadix) o el trabajo manual del esparto en Cambil (Jaén).

Durante los primeros quince días recorrimos una parte importante de Andalucía. Bebimos de las aguas de Sierra Mágina y probamos la rica y variada gastronomía andaluza: Quesos, vinos, salmorejo, flamenquín, gazpacho, platos de caza en la Sierra Norte de Sevilla…

Fuimos observadores de la situación de la bici en algunos pueblos y ciudades y concluimos que el panorama en general es bastante desolador. Se hacen las cosas mal, con retraso y a dependencias de subvenciones a veces europeas que en algunos casos, por ejemplo en Montilla (Córdoba) solo quedan en algunas bicis en desuso, inutilizadas y olvidadas y catalogadas como "Servicio Publico". Almería quizás sea el peor de los casos que hemos observado en las ciudades por donde ha pasado Sube a la bici. El peor porque de las cuatro ciudades, Jaén, Córdoba, Sevilla y Almería quizás por tener todo a favor (en general es llana, tiene buen clima y cuenta con el respaldo de la población…) es la que menos ha hecho. En el otro lado tenemos a Sevilla, una ciudad de tamaño medio que ha venido realizando grandes esfuerzos por convertir a una ciudad modelo en su uso de la bici, y en definitiva en trabajar y esforzarse por hacer un entorno más habitable.