El Supremo da la razón al ex secretario de CCOO frente a dos abogados del sindicato
Le acusaban de haberles injuriado y la sentencia reconoce que "prima la libertad de expresión en casos de conflicto"
El Tribunal Supremo ha dado la razón al ex secretario provincial de CCOO Fernando Villegas, en la causa abierta por vulnerar el honor de dos letrados del sindicato, al estimar que en casos de tensión laboral y de discrepancias en una organización debe prevalecer el derecho a la libertad de expresión. La sentencia dictada por la sala de lo Civil, que sienta jurisprudencia, tiene su origen en 2002, cuando el matrimonio formado por los querellantes se sumó a la corriente crítica a Villegas que mantenían entonces la dirección nacional y regional.
Los dos letrados fueron destituidos de sus cargos, tras lo cual demandaron a Villegas por extinción de relación laboral y discriminación, causa esta última que derivó en la revocación de sus poderes como delegado provincial por el sindicato CCOO.
Un día después de que se adoptara esta decisión, el 12 de febrero de 2002, Villegas compareció en una rueda de prensa en la que acusó al matrimonio de generar pruebas falsas contra él para lograr unas mejores condiciones en sus despidos, además de reprochar a la directiva autonómica que amparara esta actitud.
La frase objeto de este litigio por presunta vulneración del derecho al honor, tal y como recoge la sentencia del TS fue la siguiente: "Que vengan a fabricarse pruebas para robar, porque para mí eso es robarle a Comisiones Obreras, y que además, lo más grave es que lo está permitiendo, consintiendo y amparando Julio Ruiz".
Estas manifestaciones deben entenderse según el alto tribunal como una opinión crítica de Villegas como responsable sindical a la actitud de sendos miembros del sindicato. Frente a las consideraciones de la Audiencia Provincial, que estimó que Villegas vulneró el honor de los demandantes al proferir contra ellos expresiones ajenas al objeto de la rueda de prensa, el TS considera que Villegas transmitió precisamente con estas palabras, en las que no observa ánimo vejatorio, las discrepancias surgidas en el sindicato.
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