Almería

Tabernas cumple con el reto de probar el robot que irá a Marte

  • El rover de la expedición Exomars aterrizó, realizó labores de búsqueda y incluso taladró la superficie

  • En todo momento ha sido dirigido desde el Centro Europeo de Telecomunicaciones

El rover ExoMars que viajará a Marte como instrumento fundamental de la misión que la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzará en 2020 ha desarrollado con éxito su fase de pruebas en el desierto de Tabernas. Dos semanas en las que se han desarrollado las mismas tareas que robot ejecutará en el planeta marciano, siendo su objetivo buscar restos de vida.

Ha sido una prueba de fuego para detectar incidencias en el vehículo y, al mismo tiempo, para poner a punto el software con el que comandarán el robot, pues estará totalmente dirigido desde el Centro Europeo de Telecomunicaciones y Aplicaciones Espaciales (ECSAT) de la ESA, situado en Harwell (Oxforshire, Reino Unido).

El robot ha taladrado la superficie del desierto para simular su búsqueda marciana

En su periplo por Almería, el Rover Exomars 2020 ha desarrollado varias fases. La primera operación se denominó 'egreso' y consiste en desarrollar el proceso de aterrizaje. El Rover reposa sobre la plataforma de cuatro patas y entonces se despliegan dos rampas. En teoría, el vehículo puede dejar la plataforma de aterrizaje en dos direcciones diferentes. Es importante hacerlo de forma segura para que, por ejemplo, no se quede colgado en roca. Por lo tanto, en ese momento, el robot debe obtener una panorámica para decidir por qué salida es más seguro abandonar plataforma.

Con el Rover ya en tierra se ha reproducido un ciclo de experimentos. El robot se desplazó hacia ciertas zonas y analizó la superficie. Realizó una exploración subterránea con el rada e incluso taladró el suelo en profundidad con el fin de obtener una muestra y analizarla con los instrumentos del laboratorio analítico. El taladro no ha sido el que se utilice en Marte debido a los gran coste que supone, así que en Almería se va a utilizar uno más comercial.

Y todo este proceso es seguido al detalle desde el Reino Unido. Han tratado de interpretar qué sucede con las imágenes que toma el Rover para proponerse una idea de cuál es el contexto geológico para entender la misión. Largan imágenes al centro para ser revisadas en una pantalla gigante y tratar de tener una idea de qué pasa alrededor del Rover. "A veces eso funciona bien y otras menos. Es un ejemplo. Pero como los instrumentos son bastante complejos, hay que tener todos los sistemas listos para procesar los datos rápidamente", explicaba en su momento a Diario de Almería Jorge Vago, científico responsable del proyecto ExoMars.

La misión trae consigo el desarrollo de un instrumentaje inédito hasta el momento, partiendo, por ejemplo, del mayor paracaídas jamás construido, que tiene como fin amortiguar la caiga del rover en la superficie de marte. El pasado mes de marzo se desarrollaron las pruebas. Desplegado el mayor paracaídas "jamás construido" para una misión a Marte durante las pruebas para la misión 'ExoMars'

El sistema completo del paracaídas, que alcanza unos 195 kilogramos, se encuentra recogido en un contenedor dedicado. El segundo paracaídas principal, de 70 kilogramos, se pliega de una forma específica con sus 5 kilómetros de cuerda, en un proceso que exige unos tres días de trabajo para garantizar su adecuada extracción.

Pero el periplo del robot en Almería no es la única conexión que existe con la misión ExoMars 2020 con Almería. Los científicos de la ESA van a llevar en la base de datos del vehículo información que fue recogida en Pulpí hace un lustro. La relación entre Almería y Marte viene de lejos. Un mineral formado en la provincia (que después se ha descubierto en otras partes del mundo, eso sí de forma escasa) explica esta conexión. En 1852, la jarosita, un mineral (sulfato) fue descubierto por August Breithaupten en la Sierra Almagrera (Cuevas del Almanzora, un lugar cercano a la geoda de la localidad de Pulpí), sirvió para demostrar la presencia de agua en Marte, ya que, en 2004, un vehículo de la expedición de la NASA encontró jarosita en la superficie marciana. La aparición de jarosita se asocia en la Tierra a las aguas termales de carácter ácido, por lo que su presencia indica la existencia de agua durante su formación. Hasta entonces, todas las evidencias de agua en Marte eran indirectas. Desde hace unos años, la Agencia Espacial Europea (ESA) trabaja para realizar sus propias investigaciones sobre la geología y la biología en Marte y lo está haciendo palpando la superficie terrestre para acumular una base de datos con la que lanzar sus vehículos de la exploración Exomars al planeta rojo. Uno de los puntos que ha estudiado ha sido la geoda de Pulpí.

El vehículo explorador ExoMars lleva a bordo tres tipos de instrumentos: Los panorámicos, incluidas las cámaras que permitirán observar el ambiente alrededor. Después están los instrumentos de acercamiento, como cámaras microscópicas, con las cuales se observarán objetos en detalle. Principalmente, utilizará el Laboratorio Analítico "Pasteur", donde se realizarán los análisis molecular de las muestras obtenidas.

Los prototipos tienen un sistema de navegación inteligente que les permite trazar su propia ruta. Debido a la distancia existente entre los planetas, las órdenes enviadas desde la Tierra pueden llegar a tardar 20 minutos en llegar a Marte. Este retraso hace que las órdenes instantáneas de cambio de dirección no sean posibles y, por tanto, un rover debe tener autonomía para tomar decisiones. Es decir, el robot en todo momento se plantea distintas trayectorias para llegar al objetivo y decide cual es la trayectoria útil. Este robot también hace uso de una serie de sensores y cámaras de visión estereoscópica. El software también controlará a los motores de sus seis ruedas. El software genérico de navegación ha sido desarrollado por el Centro Nacional de Estudios Espaciales Francés (CNES) y el SRG.

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