Tablón de avisos y noticias

Crónicas desde la Ciudad

Pese a los altos índices de analfabetismo, la prensa escrita -único medio de comunicación del XIX-, boletines oficiales o diarios privados, jugaron un papel determinante en el desarrollo de las técnicas publicitarias

Tablón de avisos y noticias
Tablón de avisos y noticias
Antonio Sevillano / Historiador

06 de marzo 2010 - 01:00

AUNQUE la publicidad es tan antigua como la raza humana, necesitada del trueque comercial para su subsistencia, esta nació realmente con la imprenta. Pasados lo siglos se descubriría la Radio -la voz y el sonido- y la Televisión -la imagen en movimiento-, pero su génesis y desarrollo se debe al invento del alemán Gutenberg. Fijado en las paredes a modo de mural o leído en mano, el papel impreso es el vehículo propagandístico, la correa de transmisión entre el comprador y el vendedor que anuncia la bondad de cualquier objeto o producto para su uso o consumo, convivió durante centurias con las técnicas de venta utilizadas en ferias y mercados y con los pregoneros que por calles y plazas anunciaban bandos, citaciones y mercaderías.

Y en este marco de intercambios la Prensa juega un rol determinante como práctica obligada en la compra-venta. En la Crónica de hoy y de mañana mostraré algunos ejemplos de anuncios y avisos curiosos en publicaciones periódicas oficiales (Boletín del Obispado y de la Provincia). Repasaremos párrafos singulares, profesiones obsoletas, comercios desaparecidos u objetos inexistentes en la actualidad. Siempre relacionados con Almería capital; lo que nos permitirá recorrer el casco histórico, a intramuros del cinturón de puertas, baluartes y lienzos defensivos derruidos a mediado del siglo XIX. Hay que aclarar que hasta el final de la centuria se trata de una publicidad basada exclusivamente en el texto, sin imágenes ni ilustraciones; en el mejor de los casos adornados de elementales cintillos, cenefas o fileteados, aunque con una cuidada tipografía, muy correcta sintaxis y signos ortográficos acordes con el buen Arte de la gramática de la época.

BOLETÍN ECLESIÁSTICO

El primer ejemplar del Boletín Oficial Eclesiástico del obispado de Almería vio la luz el domingo 1º de enero de 1865, siendo obispo Andrés Rosales Muñoz. Su periocidad era semanal, confeccionado con 8 páginas de 21 x 14 cm. y al precio de 4 reales al mes, "pagados por semestres adelantados al editor D. Mariano Álvarez y Robles, impresor de S.M". Don Mariano -pasado el tiempo, suegro de Carmen de Burgos "Colombine"- tenía su imprenta en el núm. 19 de la calle de Las Tiendas. Lógicamente, se convirtió en una herramienta muy útil para el prelado y en el principal suministrador de noticias, circulares, órdenes, convocatorias, crónicas, colectas y recomendaciones al clero almeriense. Por ejemplo la adquisición de revistas y semanarios (febrero, 1865):

"Se recomienda al Clero y fieles de esta Diócesis la suscripción a la Galería Católica, que sale a la luz en la ciudad de Barcelona, bajo la dirección de D. Pablo Riera, vecino de la misma".

O a libros específicos para el desempeño de su función:

"Tratado teórico-práctico del Matrimonio; de sus impedimentos y dispensas, por el Dr. D. León Carbonero y Sol, director de La Cruz. Con licencia del Emmo. Cardenal Arzobispo de Sevilla". La obra, a la que habían dedicado cumplidos parabienes los censores eclesiásticos encargados de su revisión antes del níhil óbstat ("nada se opone"), constaba de 960 páginas encuadernadas en dos tomos al precio de 25 reales cada uno, francos de portes. El eslogan publicitario era simple pero convincente tratándose de un tema en el que la jerarquía debía extremar las precauciones: "Esta obra, única en su clase e indispensable a los párrocos, confesores, abogados, jueces y notarios, ha sido recomendada con elogios por los Boletines eclesiásticos de muchas diócesis y por la prensa religiosa de la Corte".

A renglón seguido, referido a un dietario o agenda profesional imprescindible a medio y largo plazo en cualquier sacristía parroquial de mediana actividad, el Boletín llama la atención sobre el siguiente anuncio:

"En la imprenta y librería de D. José Vicente Sangerman, calle de Arráez, núm. 2, se venden Cuadrantes para Misas. Este libro impreso y encuadernado a la holandesa, es muy útil para los Sres. Sacerdotes; pues en él pueden anotar las Misas que celebren por espacio de veinte años, con expresión de la fecha, aplicación, iglesia y estipendio". Su precio era de 20 reales; un poco caro, la verdad, para los tiempos que corrían.

Puesto que iremos citando las Imprentas más importantes establecidas en la capital, antes de proseguir conviene recordar la más antigua de la que tengo noticias. Aunque desconozco dirección y otros encargos literarios salidos de su taller, sabemos que a cargo de su propietario, Antonio López Hidalgo, en 1699 se confeccionó y editó la obra póstuma del deán de la Catedral, Gabriel Pascual de Orbaneja, "Historia de Almería en su antigüedad, origen y grandeza", reeditada hace un par de décadas.

Ahora (septiembre, 1865) el reclamo publicitario es de un vecino, maestro en su arte, que se ayuda con una profesión no ajena al estamento religioso (Las Claras admiten encargos similares y hasta hace poco también en el convento de La Purísima):

"D. Miguel Sampietro, Salmista (no aclara si clérigo o laico) de la Santa Iglesia Catedral de Almería, ofrece encuadernar toda clase de obras con esmero y equidad; escribir libros de coro con el carácter de letra que se le pida; enseñar y componer canto llano; hacer hasta 29 clases de tinta. Además, enseña el modo de escribir que se llama "letra doble", de manera que solamente dos personas de acuerdo y en el secreto, la puedan leer". El experto en escritura críptica, ortografía y caligrafía esmerada, poco porvenir tendría en la era de los absurdos y estúpidos mensajitos de móvil.

VINO DE MISA

La oferta de servicios, suscripción y venta de publicaciones u objetos religiosos específicos dedicados al culto es numerosa. Como no es cuestión de hacer un catálogo exhaustivo, en un gran salto cronológico nos instalamos en 1947, en el momento en que el obispo murciano Alfonso Ródenas García ha llegado a Almería para pastorear su rebaño. A Agustín Serrano, cosechero de Manzanares y proveedor del S.P Vaticano (si me preguntan por SP, no tengo ni repajolera idea), podían solicitarle el vino para misa y "selectos para mesa", elaborado con los mejores mostos de sus viñas. Ahora bien, si de utilizar un auténtico "vinum de vite" se trata, de un vino puro de vid para la celebración del "Augusto Sacrificio de la Misa", en ese caso, amigo, hay que dirigirse a Carlos J. Krauel, Sociedad en Comandita. O lo que es lo mismo, al más acreditado cosechero, criador y exportador de vinos de Málaga. Y no lo digo yo, lo dice el Excmo. y Rvdmo. Señor Obispo de Málaga; y la comprobación de que son proveedores de las catedrales de Granada, Ceuta y la propia Málaga; numerosas parroquias, conventos y capillas de la diócesis de Málaga y de otras de Andalucía y de España; de las Misiones Franciscanas de Marruecos y de Iglesias de algunos países extranjeros. Con ese currículo, al cura que no celebrara la misa con un cáliz del vino de Krauel era como para excomulgarlo. Aunque puestos a ponderar sus excelencias, digo yo que podrían haberlo equiparado en cuanto sabor, crianza y grados al de las bodas galileas de Caná.

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