El Tanatorio Guillermo de Roquetas de Mar asegura que la familia del hombre que murió en su domicilio y se tiró más de 20 horas sin enterrar (según ellos por falta de solvencia económica y porque ninguna funeraria se quería hacer cargo del cadáver) "miente".

Como aseguró a Diario de Almería la encargada del tanatorio, Lola Martín, "en esta empresa en ningún momento nos hemos negado a realizar los servicios solicitados. Lo que no podíamos hacer era incinerar un cadáver cuando la familia decía que no tenía dinero y se negaba a recibir unos servicios básicos, que son de los que se hace cargo el Ayuntamiento cuando se dan situaciones de no poder sufragar los gastos de un entierro". "La familia exigía una incineración para después trasladar las cenizas a su país, Rusia, y si no era de esta forma, dieron órdenes de que no se tocara el cadáver", según explicó la encargada de la empresa, al tiempo que aclaró que "como era fin de semana y el lunes festivo, aún sin saber si la familia cumplía los requisitos para que el Ayuntamiento asumiera el coste, yo misma les ofrecí trasladar el cadáver y meterlo en la cámara frigorífica hasta el martes, cuando el Consistorio hiciera las pertinentes gestiones y autorizara la gestión. Sin embargo, se negaron y además me amenazaron con llevar el caso a todos los medios de comunicación de la provincia".

De inmediato, desde la empresa, se pusieron en contacto con el concejal responsable de este tipo de servicios y "él mismo indicó que el Ayuntamiento ni iba a pagar una incineración, ni un entierro normal, puesto que la familia del fallecido tenía recursos suficientes para sufragar estos servicios".

Todo lo que cuenta la familia del difunto es completamente "falso", según fuentes del tanatorio, desde donde insisten en que "además de ofrecerles un trato lo más respetuoso posible, también ofrecieron ayudar a la familia incluso sin saber si era cierto que no disponían de dinero para el entierro", destacó la encargada del tanatorio Guillermo, indignada por las declaraciones de la hija y del compañero de ésta en los medios de comunicación asegurando que "la encargada de la funeraria les trató mal, y muy borde al saber que no teníamos dinero".

Lola Martín quiere dejar claro que en ningún momento les trató mal, que les ofreció los servicios que podía ofrecerle en ese momento, y que lo único que quería la familia era "incinerar gratis el cadáver a través del engaño", artimaña que después fue descubierta por el Ayuntamiento de Roquetas, desde donde indicaron que sí tenían solvencia económica.