Calor intenso, sí, pero no es inconveniente para divertirse en buena compañía. El Ejido vivía ayer uno de los días en los que mayor afluencia de visitantes registraba el Recinto ferial. Fin de semana, y como cada año, es cuando mayor número de vecinos y visitantes disfrutan de su tiempo de ocio de la mejor forma posible, venerando al patrón de los ejidenses rodeados de buena música, tapas y bebidas refrescantes para soportar mejor el calor.

Hoy las fiestas patronales de El Ejido entran en su recta final en la que vecinos y visitantes podrán pasarse por las casetas para rematar estos festejos, que arrancaron el pasado miércoles y durante los que las ganas de diversión no ha decaído ni de día ni de noche.

El recinto ferial y las calles adyacentes, adornadas con decenas de guirnaldas, eran un intenso trasiego de personas que se decidían a pasar un rato de diversión, dejando los problemas a un lado. Porque estos son días de jolgorio, que se viven sólo una vez al año, y que sirven de descanso, sobre todo a los agricultores, ya que la Feria grande de El Ejido marca no sólo el inicio del verano y con él el comienzo del periodo vacacional para muchos sino el final de la campaña agrícola.

Por ello, éstas son unas fiestas en las que se reconoce "a un agricultor que no se achanta ante los continuos avatares de la vida, que saca fuerzas de su fe y que, con ilusión, constancia y trabajo transforma el suelo inerte en naturaleza viva y generosa". "Por eso, en unos días en los que tantos trabajadores de nuestro campo están sufriendo las consecuencias de algunas decisiones irresponsables e injustas fuera de nuestras fronteras, San Isidro nos alienta y exhorta a superar las adversidades y a continuar la tarea de labrar entre todos un futuro mejor para El Ejido", como señala el alcalde ejidense, Francisco Góngora, en su Saluda de estas esperadas fiestas patronales.

Las fiestas de San Isidro siempre se celebran el último fin de semana de junio, pero este año, se trasladaba la fecha una semana, coincidiendo así su final con el primer domingo de julio, y por ende, los primeros días del mes, cuando los bolsillos, a pesar de la asfixia a la que están sometidos por la actual coyuntura económica, pueden permitirse algún capricho, como éste, acudir a las fiestas patronales, lo que contribuye a mejorar la situación de la hostelería, que también tiene que beneficiarse de esta feria.

Pero no sólo las cuatro casetas rocieras instaladas en el Recinto ferial están aprovechando para hacer caja sino que los bares de la localidad, máxime los de las calles aledañas a la Feria, registran un importante trasiego de "feriantes". Guirnaldas y banderines, son las muestras de que estos días no hay hueco sino es para gritar, ¡Viva San Isidro!,¡Viva El Ejido!

Todo está perfectamente acondicionado para la ocasión, y eso los ejidenses lo agradecen. Este año son sólo cuatro las casetas rocieras, frente a las seis de 2010, y en todas la temperatura ambiente es agradable. Tres de ellas cuentan con aire acondicionado y la cuarta, la que ha instalado Izquierda Unida, regala a sus usuarios un ambiente cálido gracias al agua vaporizada. Mientras, los ejidenses, vaso en mano, se arrancan al ritmo de Sevillanas y la mejor música del panorama nacional e internacional.

Niños, jóvenes y mayores disfrutaban del mejor ambiente y saciaban sus estómagos gracias al tapeo. Los responsables de cocinaestán sabiendo impresionar con sus tapas, las mismas que elaboran en las propias cocinas de las casetas. Hoy El Ejido, vive su último día de fiesta. Un espectáculo ecuestre y la misa y procesión del Santo por las principales calles del municipio, serán los platos fuertes del día. Actos que pondrán el punto y final a unas celebraciones en las que no han decaído ni un instante las ganas de diversión.