Testimonios de una tierra árida Aljibes

Estos depósitos forman parte del paisaje y de la identidad de la comarca El Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz recoge 78 El de Bermejo, por ejemplo, es BIC

Testimonios de una tierra árida Aljibes
Testimonios de una tierra árida Aljibes
Carolina Crespo

26 de octubre 2014 - 05:01

Níjar es una tierra marcada por la aridez de su tierra. De ahí la importancia del agua para la vida y las funciones de sus vecinos. Desde antaño, los nijareños se han afanado por impulsar inventos para captarla, almacenarla y distribuirla. Algunos de ellos han sido los aljibes, unos espacios de vital importancia que con el paso de los años se han convertido en sello de identidad de la vida e historia de este municipio. Unos aljibes que marcan los paisajes de la localidad y que se han convertido en icono de la identidad de la comarca.

Níjar ofrece a propios y extraños la posibilidad de descubrir las peculiaridades de estas construcciones rurales, que se suceden en todas y cada una de las pedanías de la comarca. Es más, algunos de ellos están catalogados como Bien de Interés Cultural. Es el caso del Aljibe Bermejo en Campohermoso, un depósito cuya construcción está fechada en la primera mitad del siglo XIII que responde al esquema general de este tipo de construcciones. Se trata de una edificación de planta rectangular de 23 metros por 4,60 metros del que, al exterior, sólo queda visible la cubierta abovedada y las dos fachadas principales.

Junto al aljibe Bermejo hay otros 77 construcciones que han sido inscritas como bienes culturales, según se recoge en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz de la Junta de Andalucía. Aunque a buen seguro la lista de estas edificaciones es mucho más extensa.

Según los hallazgos realizados estas construcciones para abastecimiento de agua durante todo el año se remontan a la cultura del Argar y Los Millares. No todos los aljibes son iguales ni tenían las mismas funciones. Había depósitos domésticos, agropecuarios, militares, ganaderos, , mineros y de almacenaje y abastecimiento urbano.

En cuanto a la forma también existen diferencias muchas veces relacionadas con la ubicación. Por ejemplo, los situados en barrancos eran de menor tamaño, mientras que los de vaguada o cañada eran más largos al estar en zonas llanas. Sea como sean los aljibes más conocidos y comunes son los aljibes de bóveda alargada y los tanques para uso doméstico.

Si realizan visitas a cualquier pedanía pueden descubrir la grandeza de estos depósitos. Por ejemplo, en los Albaricoques dentro del Cortijo El Campillo de Doña Francisca existen hasta cinco aljibes o en el Cortijo Haza Blanca, donde existen dos con abrevaderos adosados.

De camino hacia el famoso Cortijo del Fraile también está salpicado de estas construcciones rurales. Además, en la Boca de los Frailes también existen Hasta ocho depósitos, en su mayoría restaurados y que son visitables. Al igual que sucede en Agua Amarga, Fernán Pérez, Las Presillas Bajas, Saladar y Leche o el Campillo de Genoveses, donde se suceden los aljibes ya sea en pleno parque natural o en cortijos

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