Viaje a Tierra Santa de la Hermandad del Padre Rubio

"Peregrinar a Tierra Santa es un acontecimiento único e irrepetible en el que también hemos revivido la visita que hizo el Padre Rubio en 1904". El hermano mayor de la Hermandad de San José María Rubio, Gabriel Lirola, no puede ocultar su emoción al recordar los momentos vividos durante la peregrinación que ha realizado un numeroso grupo de dalienses a los lugares santos. "Volvemos con nuestro corazón repleto de vivencias únicas que suponen renovar nuestra fe después de haber andado, orado y sentido sobre las huellas por donde anduvo Jesús". Todos los años peregrinamos a un santuario nacional, afirma Lirola. También lo hicimos a Roma y este año se han dado las circunstancias oportunas para ir a Tierra Santa en colaboración con la Vicaría General de la Diócesis, cuyo responsable, Tomás Cano, nos acompañó en el viaje. Para un cristiano, continúa exponiendo Lirola, cruzar hoy el Mediterráneo hacia Jerusalén es volver a las raíces, a la cuna y a la fuente de nuestra fe. "Tras visitar al Santísimo, al Cristo de la Luz, y a San José María Rubio, salimos hacia Tel Aviv y en Tiberiades comenzó nuestra gran convivencia. Los matrimonios renovaron sus compromisos matrimoniales en Caná de Galilea, siguiendo por Nazaret, el río Jordán, en el que todos renovamos las promesas del bautismo, el Monte de las Bienaventuranzas, la travesía por el Mar de Galilea, el Monte Tabor, Mar Muerto, Jericó, Monte de los Olivos y visita a la iglesia de Getsemaní con distintas celebraciones eucarísticas, renovando los sacerdotes su ministerio en el cenáculo." Otros momentos especialmente emotivos fueron los vividos en Belén "donde pudimos palpar, sentir y experimentar unos momentos realmente únicos como cristianos, ya que celebrar la misa de Nochebuena en la basílica de la Natividad de Belén, con los villancicos".