Toda una vida de discos dedicados a la historia de los almerienses
Emilia Pérez ha sido durante casi cuarenta años una de las voces de los mensajes que se recibían en Radio Almería · Onda Cero, en su 75º aniversario, le rinde homenaje
Hace unas semanas, con motivo del 75º aniversario de Radio Almería, Onda Cero donó al Ayuntamiento de Almería todo su archivo musical. Se trata de cerca de 50.000 discos que representan la piel, la memoria de la emisora y que van desde los primeros discos de vinilo hasta los últimos susurros de Leonard Cohen. Con ellos todos los Almeriense van a poder escuchar de nuevo las canciones que han formado parte de sus vidas y de la historia de España.
Gran parte de todos estos discos, por no decir todos, pasaron por manos de Emilia Martín Rodríguez. Esta accitana, afincada en Almería, llegó a Radio Juventud hace ya más de cincuenta años, cuando un ex novio suyo le recomendó que se pasara por la emisora, ya que buscaban chicas con buena dicción, después de que Inma Codina la dejara.
Sin tener idea de los que era una radio, ni tan siquiera poseer un transistor en casa, Emilia comenzó a escuchar a las locutoras de Radio Juventud para aprender lo que hacía. Una emergencia de una de las locutoras propició que una tarde, esta histórica voz de la radio almeriense se viera obligada a dar el indicativo de la emisora, con la suerte de que uno de los delegados la escuchara por los pasillos y la obligó a seguir hablando.
Estamos hablando del año 1955, cuando esta joven de algo más de 20 años comenzó a encargarse de unas de las labores más tradicionales de la radio, los discos dedicados. "Eran un suplico", recuerda Emilia, "había días, sobre todo en fechas destacadas, en las que teníamos que dedicar montones y montones de discos".
Mayoritariamente, las personas que querían dedicar los discos acudían a la misma emisora para que las secretarias redactaran sus mensajes, aunque también eran muchas las cartas que recibió Emilia, junto a sus compañeros, para dedicar discos.
Para algunos almerienses que vivían en lugares donde no llegaba la electricidad, los discos dedicados eran incluso utilizados como telegrama, ya que los mensajes de las canciones eran aprovechados para dejar mensajes en las dedicatorias a las personas deseadas.
Flamenco, canción tradicional, copla y un sinfín de estilos más pasaron por las manos de Emilia, aunque fue Manolo Escobar, ilustre almeriense el que, sin duda, fue el rey de las largas tardes de dedicatorias de discos en las que estuvo al frente de los micrófono de Radio Almería. Tal era la cantidad de discos que se tenían que dedicar algunos días, que, a veces, ni siquiera tenía tiempo para tomarse un café tranquilamente.
Y si muchos fueron los discos dedicados y las horas en las que Emilia estuvo sentada frente a los micrófonos de Radio Almería, igual en número son las curiosidades y anécdotas vividas, como la tarde en la que consiguió convencer a un hombre de que no matara a su esposa, después de que éste se acercada a la emisora para pedirle permiso para hacerlo, debido a que la confundió con una de las voces del famoso consultorio de Elena Francis, de Radio Barcelona. Ella, ni corta ni perezosa, le aconsejó que no lo hiciera, argumentando que hacía mal tiempo, y, de pasó, le disuadió de hacerlo. Días mas tarde, se cruzó al matrimonio, cogidos del brazo y paseando por la calle, sin vestigio alguno de las intenciones que había tenido el hombre.
Además de los discos dedicados, Emilia Martín fue la conductora de un programa infantil que se emitió durante dos años, todos los domingos, desde el Teatro Cervantes. "Soy un amante de los niños y me encantaba ver el patio de butacas del teatro a rebosar de pequeños, algunos de los cuales se convirtieron en grandes voces de la canción de la época".
Incapaz de destacar un momento de la historia que haya narrado en Radio Almería, prefiere quedarse con todas las experiencias que ha vivido durante tantos años y de las que ha sido capaz de sacar una enseñanza de cada una. "El respeto al micrófono, pese a haberle dado besos y abrazos, ha sido algo que durante casi cuarenta años he sido incapaz de perder", reconoce.
Más de cuarenta años siendo la voz de los almerienses han conseguido que Emilia no hay podido todavía olvidarse del olor de los estudios, de los sonidos de la emisora y del gusanillo y los nervios al ponerse delante del micro por lo que, en muchas ocasiones, salga de su casa con la intención de tomarse un café "con los que todavía son mis compañeros de la radio".
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