Tribunales

Toñi expiró en el dormitorio tras una “brutal” agresión” por sorpresa

  • El autor se habría descalzado para ir en calcetines e intentó darse a la fuga al ver a la Guardia Civil

FS.G.S., el presunto autor del asesinato, es conducido a la sala de vistas. FS.G.S., el presunto autor del asesinato, es conducido a la sala de vistas.

FS.G.S., el presunto autor del asesinato, es conducido a la sala de vistas. / D.A. (Almería)

La segunda sesión de la vista oral contra F.S.G.S., el presunto asesino de Antonia G.A., la mujer de 33 años degollada en Huércal de Almería el 15 de enero del 2017, ha establecido un posible relato de lo ocurrido aquel día tras la declaración de la vecina de la víctima y varios agentes de la Guardia Civil, entre ellos un miembro del laboratorio de criminalística de la Comandancia de Almería que ha explicado algunas de las principales claves de la inspección ocular llevada a cabo en el dúplex de la mujer y de cómo pudo desarrollarse esta “brutal agresión”.

Según su declaración en calidad de testigo y perito, fue en el dormitorio de Toñi donde se produjo la agresión. Un escenario en el que había proyecciones de sangre con salpidacuras de hasta treinta centímetros. “Había salido mucha sangre a borbotones, había muchísima, muchísima sangre”, apuntó ayer el agente, añadiendo que entre el dormitorio y el baño contiguo había un “reguero de sangre” con pisadas al lado de pies vestidos únicamente con calcetines que denotaban que el cuerpo había sido arrastrado hasta el aseo.

El cadáver fue encontrado en el baño con “varios cortes” muy profundos en el cuello y heridas en un brazo que señalaban a que la mujer había intentado defenderse, aunque, reiteró, el ataque había comenzado en la cama porque había “gran cantidad de sangre en las sábanas y las mantas, un gran charco en el suelo”.

“Prácticamente le habían cortado la cabeza. Hubo muchísima lucha y la agresión fue brutal”, narró ante los jurados, apostillando que “pudo ser sorprendida en la cama” ya que de lo contrario “habría habido más lucha”.

La hija de la vecina que alertó a las autoridades oyó decir a un hombre: “Cállate, cállate”

En la agresión se habría empleado la lámpara de noche como objeto contundente en el ataque además de un cuchillo. Asimismo, se detectaron restos de haber arrastrado el cuerpo hasta el baño contiguo al dormitorio, y en el baño, cubos de agua con los que se habría tratado de limpiar la escena y el cuerpo de la mujer.

Tras estar en el baño, habría vuelto a la habitación para asomarse por la ventana --supuestamente al advertir ya presencia policial en torno a la casa-- y posteriormente descender por las escaleras hasta la parte baja de la vivienda, donde no había restos de lucha. Supuestamente, bajó en calcetines la escalera, calzándose justo antes de salir por la puerta posterior.

Ahí, habría saltado un muro de unos dos metros y medio de altura apoyándose en una barbacoa, encontrándose sus huellas en ella y restos de sangre en un azulejo.

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