Tren botijoGranada- Feria de Almería (II)
Crónicas desde la ciudad
Granada, junio de 1903. Las tradicionales fiestas del Corpus Christi, procesión y corrida de toros fueron reclamo ineludible para cientos de almerienses, con el tren botijo de transporte lanzadera
EL resumen anual del Corpus granadino y de la Feria almeriense en el pasado siglo XX podría historiarse, al menos en parte, siguiendo como hilo conductor las idas y retornos a ambas ciudades de estas peculiares expediciones ferroviarias: lúdicas, jocosas, baratas… incómodas y lentas.
La brisa mediterránea envolvía a los hombres y mujeres que alegres se despedían la tarde-noche del 10 de junio de 1903 de amigos y familiares, agitando su pañuelo al gentío que desde el andén envidiaba la partida festiva con rumbo a Granada. Para entonces ya se alineaba en la vía principal la locomotora "Pedro Antonio de Alarcón" y los 14 vagones dispuestos por la concesionaria Caminos de Hierro del Sur de España; sólo esperaban la señal del jefe de tránsito para iniciar la marcha al completo tras la venta del billetaje en el establecimiento del impresor Salvador E. Estrella -organizador del "botijo"- y en la propia taquilla de la Compañía. Batuta en ristre, el director de la Banda Municipal aguardaba igualmente para atacar las notas del himno de Riego. Por fin, a las 8 ¼ el penacho de humo lanzado por la máquina de vapor se perdía tras la revirada de Gachas Colorás camino del apeadero de Huércal-Viator. En un ambiente relajado y en el que se sucedían las anécdotas, unos y otros, conteniendo las risas escuchaban la conversación de un cursi y mangante poeta con el incauto de turno: Adiós, adiós a la urcitana orilla, no se si volveré algún día a verte ¡Cielo esplendente!, ¡Hechicera ciudad! Más valiera -contestaba iracundo el timado- que me pagara usted los cinco duros que me debe y se dejara de esplendores y de hechicerías femeniles ¡so tramposo! No sin sofocos, el antediluviano material rodante seguía avanzando por desniveles imposibles.
GRANADA LA SULTANA
Atrás quedaron Fuensanta, Doña María-Ocaña, Nacimiento-Abla y Fiñana antes de que la locomotora se adentrase en la provincia hermana. Era noche cerrada y el frío que bajaba de la Sierra se hacía presente, aunque aún quedaban por sufrir las temperaturas glaciares de Moreda. En Benahadux fuimos recibidos con cohetes; en Gádor obsequiadas las señoras con exquisitas magdalenas; en Daifontes con serenata y en todas las estaciones un gentío presenciando el desfile del convoy. El vate lírico aparcó poesía y lira hasta que el "botijo" entró en agujas en la accitana Guadix, cuna del sin par literato Pedro Antonio de Alarcón. Tras reponer alforjas y botas de comestibles y bebestibles reparadores, iniciamos sin demora la etapa definitiva hasta arribar a Albolote con los claros de la aurora y el cuerpo desvencijado por culpa de los asesinos asientos de madera. Al igual que alguno de ustedes, yo también me preguntaba, y escribía, por qué Albolote y no Granada capital. Los amigos de ASAFAL (el artículo al que me refiero está colgado en su página de Internet) vinieron en mi ayuda: por la sencilla razón de que aún esta no disfrutaba de estación de viajeros. Y es cierto: fue inaugurada por Alfonso XIII durante el viaje a Andalucía iniciado en 1904 en Almería.
Andando los impacientes y en cómodos medios la mayoría, alcanzamos la ciudad nazarita en la que esperaban sus fuerzas vivas para brindarnos el más cálido de los recibimientos. Previamente, en el tren-correo ordinario, se habían desplazado el teniente-alcalde José Burgos Tamarit y encopetadas familias a quien le parecía una ordinariez mezclarse con el vulgo de menestrales y modestillas, jóvenes y menos jóvenes. Cuando aún no teñían los rayos solares las huertas granadinas, fuimos acogidos con palmas reales y cohetería, a los acordes de himnos patrióticos de la banda de música y aplausos y vítores de un público numerosísimo que confundía en sus labios las palabras Granada y Almería. Proseguía una gacetilla local cortita aunque harto descriptiva:
Seguidamente les ofrecieron los carruajes preparados por la comisión de Festejos, y escoltados por la guardia municipal a caballo llegaron a Granada. Allí los almerienses fueron nuevamente obsequiados con un chocolate en la terraza del Casino y desde este punto comenzó la peregrinación a La Alhambra y al Palacio Árabe; la Vela, la Catedral y Capilla Real, presenciando después la Procesión, corrida de toros y la velada. Con todo eso figúrense como habrán vueltos a nuestra tierra los botijistas; rendidos, pero muy entusiasmados con los obsequios de los granadinos y almerienses residentes en aquella capital, y enamorados de sus espléndidos jardines y paseos, de la animación y alegría que por todas partes reinaba y que con pena tuvieron que abandonar porque el tren llamaba desde Albolote, reclamando la carga que había llevado.
¡Gracias y hasta otra, amigos y paisanos! Se cumplieron pues con creces los sonetos recitados por el poeta con voz cantarina a la salida de Almería:
¿Gritan porque consiguieron
un pasaje muy barato?
¿O es que al llegar al Fielato
el paso les impidieron?
¡No!, es que por fin obtuvieron
de la férrea Compañía
poder en un mismo día
visitar toda Granada,
subir a Sierra Nevada
y dormir en Almería
DEVOLUCIÓN DE VISITA
Cortesía por cortesía, los granadinos optaron, naturalmente, por la semana de Feria en su devolución de visita. La expedición se puso en marcha la noche del 20 de agosto desde la terminal ferroviaria de Albolote (a la espera de entrar en funcionamiento la de nueva planta en la capital). En contra de lo que podía pensarse, a su llegada a Almería a las seis de la mañana del día siguiente el tren se detuvo en lugar muy distinto y distante a nuestra bella Estación, desaprovechada y cerrada a cal y canto a su contemplación; erigida a finales del XIX en un páramo de pencas frecuentado por cabras y sólo con el verdor reconfortante del paradisíaco y limítrofe jardín de José Medina.
Coincidente con la inauguración de ferrocarril tendieron una vía que, superando las calles Jaúl y Pescadores, atravesaba el Malecón (Parque) hasta el Llano de Pescadería y muelle de Levante. Raíles que en la fecha referida estaban levantados y fuera de servicio y que, a instancia del gobernador y alcalde, la Compañía reparó al tiempo que el Ayuntamiento adecentó la zona urbana ya que "sería una vergüenza que nuestros visitantes vean el estado de polvorienta carretera en que se encuentra las calles citadas". La Banda de Música y una ingente multitud se agolpaba en el Malecón, a la altura de la escalinata de C/. La Reina, con las autoridades reiterando los fraternales abrazos del pasado junio en Corpus. Día intenso en el que los botijistas, antes de regresar, disfrutaron de la hospitalidad urcitana, gozaron de los cercanos Baños El Recreo, dieron vivas a la Virgen del Mar y aplaudieron sendas faenas de su paisano José Moreno "Lagartijillo" y Luis Mazantini:
En esta Feria pasada
fue de gran admiración,
vinieron los granaínos
a ver la iluminación.
Se quedaron asombrados
al entrar en el Bulevar
pues con cuatro mariposas
se alumbra la capital.
Parecía el Paseo
la ermita Santa Adela,
con mariposas y "santos"
y cuatro o cinco velas…
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