El Instituto Santa María del Águila celebró en la última semana de mayo unas jornadas centradas en el trabajo sobre tres de las culturas predominantes en el centro: la marroquí, la rumana y la andaluza.

Hace más de dos meses se abrió el plazo para que todo el alumnado interesado en participar en las mismas, pudiera hacerlo. El resultado fue que más de 60 alumnos se sumaron al grupo de voluntarios, completándose este grupo con familiares y profesorado del centro.

Los espacios de la biblioteca del instituto se transformaron en lugares representativos de las tres culturas. Así había una jaima, el castillo de Drácula en Transilvania y un patio cordobés, sirvieron de escenario para aprender de forma amena y divertida algunos de los rasgos más característicos de estos tres pueblos.

Todo ello ha sido la excusa perfecta para convertir a los alumnos del centro en verdaderos protagonistas de su proceso de aprendizaje, tal y como señalan desde el centro. Durante el montaje de los diferentes expositores, el alumnado propuso actividades, fabricó materiales, investigó aspectos de estas culturas, de su geografía, de su historia, de sus costumbres y tradiciones, con el objetivo de descubrírselo a todos sus compañeros en un enorme ejercicio de enseñanza recíproca. Pero fue durante toda la semana, cuando el centro se convirtió en un gran escenario, donde docenas de personajes camparon a sus anchas, bailarinas de la danza del vientre, Vlad Tepes "el Empalador", bailaoras de flamenco, señoritos andaluces, tatuadoras con henna, drácula, campesinos moldavos, escritores de las diferentes culturas y tantos otros. Ellos fueron los encargados de maravillar a cientos de compañeros y compañeras que acudieron a aprender de ellos y como agradecimiento a este gran regalo, los espectadores demostraron grandes dosis de atención e interés, se involucraron y participaron.

Hablar en público, actuar con iniciativa, utilizar las nuevas tecnologías, aprender a buscar información específica, seleccionarla y decidir cómo se va a presentar esa información, trabajar en equipo…, es sólo una pequeña muestra de todo el potencial educativo que tiene este tipo de actividades.

Desde el centro insisten en que muchos docentes todavía piensan en este tipo de actividades como la mejor vía para luchar contra el absentismo, la desidia, la violencia, el racismo, unos bajos resultados académicos y otras tantas actitudes que se pasean por las aulas y pasillos. Durante esta semana de mayo, estos factores han sido desplazados por la ilusión, los nervios y el buen hacer de la comunidad educativa del Instituto Santa María del Águila de El Ejido.