Almería

VIATOR. Enterrador y pintor naif

Enterrador y pintor naif

Enterrador y pintor naif / Pérez Siquier (Almería)

Viator, antiguos arrabal de Almería y actualmente 1ª o 2ª residencia de miles de capitalinos y profesionales de la base militar, es conocida especialmente por acoger en su término municipal el campamento militar <Álvarez de Sotomayor>. Con dicho nombre se honró al cuevano inventor de un cañón y firme impulsor de las instalaciones inauguradas en julio de 1925 por el general Primo de Rivera. Hoy acogen a la Brigada de Infantería Ligera de la Legión <Rey Alfonso XIII> (BRILEG), base en la que se ensaya la Brigada Experimental 2035.

Vicente Ferrer Vicente Vicente Ferrer Vicente

Vicente Ferrer Vicente / Pérez Siquier (Almería)

Alguien creería a Vicente Ferrer Vicente era natural de Pechina, pero nació en Viator en 1900, aunque murió en la antigua Urci de San Indalecio en 1989. Estaba casado con Rosa García, la hermana del pintor se convirtió en su “marchante”. Al igual que a buena parte de los personajes, lo conocí a través de la lectura. En este caso de <Estos Almerienses>, de Jesús Ruíz Esteban, ilustrado con fotografías de Carlos Pérez Siquier; recopilatorio de entrevistas publicadas en Diario IDEAL durante 1972. No obstante, fue Jesús de Perceval quien realmente lo conociese en 1946, prologándole la que sería inicial exposición de Vicente, coincidente con el Primer Congreso Indaliano celebrado en esta lo calidad:

Hay un hombre oportuno Para conversar con él: Vicente Ferrer… después de años de silencio en la mirada, ha vuelto a saber del color…

Llegada de San Indalecio (Colección José Luis Ruz) Llegada de San Indalecio (Colección José Luis Ruz)

Llegada de San Indalecio (Colección José Luis Ruz) / Vicente Ferrer (Almería)

Francisco Ferrer Pastoret Francisco Ferrer Pastoret

Francisco Ferrer Pastoret / D.A.

Dres. Gázquez, padre e hijo

Creció entre juegos infantiles y asistencia a la escuela pública, con la obligación desde muy joven de ayudar con su trabajo a la maltrecha economía familiar. Ignoro si “sirvió al rey” en algún cuartel o regimiento, pero sí que con 23 años aceptó del ayuntamiento pechinero el puesto de sepulturero y conserje del cementerio. Al igual que el Juan Simón de la copla ya era oficialmente el enterrador del pueblo. Entre sepulturas y fosas, en su mucho tiempo libre desarrolló su vocación por la pintura. Sin regla académica alguna a la que atenerse, a su libre albedrío: “Esto mío es una bendición de Dios, una inspiración divina”. Ya desde entonces clasificaba sus obras en memoriales, ideales e industriales. José Luis Ruz, yerno de Perceval, nos da cuenta del personaje y de cómo el cuarto de autopsias lo convirtió en su taller e íntima “sala de exposiciones”.

A edad septuagenaria quedó ciego pero merced ala la intervención delos oftalmólogo Dr. Manuel Gázquez (padre e hijo) recobró parcialmente la visión retomar la paleta y pinceles. :

“No hay sitio en los papeles para hablar de los médicos que me han operado. No se vaya a olvidar de poner eso (insistió a Ruiz Esteban). Lo que a mí me pasó es que se me cansó la vista y se me quedó dormida unos años. El mejor cuadro que pintaría ahora que veo el azul y el rosa sería el de mi compañera… Lo que no he tenido es pillería para vender mis cuadros. El más caro de todos creo que fueron dos mil pesetas… “. No se trata del que le adquirió Vallejo-Nájera, quien le incluyó en el <Diccionario de pintores naif> y organizó en 1956 una exposición en la capitalina Biblioteca Villaespesa, amén de dos más en 1956 y 1963.

Con Rosa, su esposa, vivía en “una casa en la calle del Cuerno en el pechinero barrio de La Jarica”. Ella era diez años mayor que él y falleció antes; al tiempo de que la hermana del pintor se había convertido en su “Marchantes”. Por el colorido y anacrónica interpretación de un hecho tenido por histórico, de su obra naif llama la atención la “Llegada de San Indalecio a Pechina”, cuadro que se conserva en casa del citado José Luis Ruiz.

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