Almería

Valientes de mercadillo

  • La afluencia casi no disminuye en verano pese a las altas temperaturas Los vecinos de la zona piden mejoras en la limpieza

Acaba de concluir el mes de julio más caluroso de la historia (desde que se toman registros de la temperatura) y agosto va camino de convertirse en otro calvario de olas de calor. Sin embargo, hay un grupo de valientes que cada jueves no perdona su cita con el mercadillo semanal de Roquetas de Mar, en la avenida Unión Europea.

Hace calor, sí. Mucho. Pero es que hay gangas que no se pueden dejar pasar. El uniforme especial para estos casos incluye gafas de sol, gorra o sombrero y abanico en mano. Más de uno se pasea entre los más de 300 puestos con una simple bermuda de playa y más de una con una camiseta que deja asomar el bikini.

Encarni Prieto, vecina roquetera, afirmó en declaraciones al Diario de Almería que en verano hay que ir al mercadillo "a primera hora porque el calor aprieta menos y, además, los productos como la fruta y verdura están menos escogidos". En este mismo sentido, Purificación Rodríguez indicó, entre resoplido y resoplido, que "merece la pena pasar un poco de calor porque la economía está mal y aquí se encuentran las cosas más baratas".

Los que hacen su agosto, nunca mejor dicho, son los puestos de granizada o los comerciantes que, nevera en mano, recorren las calles del mercadillo para vender agua refrescante a los sudorosos consumidores. Aún así, en contra de lo que pudiera parecer, otros puestos como los de la venta de churros tampoco ven decaer las ventas en verano.

En este sentido, Eleazar Pomares, que cuenta con un puesto de venta de churros y chocolate desde hace año y medio, confirmó que "la venta no decae en verano porque los churros son un producto que llama la atención a la gente de fuera o a los del norte, que conocen las porras pero no el churro". Sin embargo, desde el punto de vista personal, Eleazar confiesa que es duro. "Los churreros lo pasamos mal porque trabajamos con un fogón con aceite a más de 100 grados, unido a los 35 que hay en la calle", dice resignado. Otro de los que pasa bastante calor es Miguel García, que tiene un puesto de venta de pollos desde hace 26 años. "Trabajar con este calor es criminal, a veces llegamos a unos 50 grados en el lugar de trabajo", indicó. Por su parte, Ángel Torres, vendedor de calzado, afirmó que las ventas se siguen manteniendo "a primera hora, mientras que a partir de las once ya casi no hay nadie". En el puesto de Ana Cristina Céspedes lo que triunfan son los abanicos y los sombreros. "Son productos que ahora mismo se demandan mucho y la verdad es que en verano notamos siempre mucha afluencia de gente", indicó.

La concejala responsable del área, Francisca Toresano, dijo que "el mercadillo es una buena opción a la que, en esta época, se suman los muchos visitantes que tenemos".

Por otro lado, los vecinos de la avenida Unión Europea y alrededores han mostrado esta semana su malestar a través de las redes sociales por los inconvenientes del mercadillo de los jueves que, además, dificultan el acceso a sus viviendas y garajes hasta casi las cinco de la tarde que no terminan de limpiar y adecentar la zona. "Ahora se le suman los baños públicos portátiles que no los retiran el mismo día sino que algunas veces se demoran hasta el sábado, con la mala imagen que ello conlleva y los olores que desprenden con las altas temperaturas del verano", indicaron. Por ello, piden que se refuerce el servicio de limpieza y se acelere la retirada de los aseos para evitar molestias.

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