El Vampiro Ramiro acude a la llamada de seiscientos escolares
Alumnos de diferentes centros de la provincia estuvieron presentes en la UAL
Vamos a contar un cuento. De piratas, cavernícolas y vampiros. Uno en el que los hados también existan, y se muevan por el bosque volando con sus alitas de purpurina, persiguiendo los sueños de las hadas. De repente, el libro de abrió y se escaparon, sentados en una corchea, miles de sueños que quedaron presos en el techo de la sala Bioclimática de la Universidad de Almería para caer, poco a poco y sin hacer ruido, sobre los centenares de pequeños que miran absortos al escenario.
Los protagonistas, los mayores, ultiman preparativos. Las mochilas al lado de una pizarra en la que hay escrito: Sed felices. Empieza la sesión. La primera. Las 10:18 horas en las manecillas del reloj de Juan Rafael Muñoz, director, encargado de poner orden en la algarabía de notas. "Siempre que hacemos los conciertos didácticos siento la misma ilusión que los pequeños", explica.
Ya están sentados en sus bancos, pero él no detiene ni un momento su ritmo. Sonrisa arriba, mirada cómplice abajo, toma la batuta y da los buenos días. ¡Buenos días!, contestan. Los más pequeños, del CEIP San Bernardo (El Alquián) levantan los brazos y los mueven con fuerza. Los mayores gritan un ¡hola! lleno de ganas. Primeros acordes. Llegó el día ya, carta de presentación. Los personajes de cuentos se han quedado en el balcón. Les toca bajar pero... ¿cuándo?
Despacio, por las escaleras sin hacer ruido. Dormido está el león, a dos voces. Las de ellos y las de ellas, que terminan confundiéndose mientras emulan las de los inolvidables Timón y Pumba de la película de Disney. A los más mayores les suena y acompañan los acordes con movimientos de cabeza. Muñoz hace el silencio. De nuevo saluda a los presentes y les presenta a los jóvenes que actúan en los laterales. "Son los alumnos del Grado de Maestro en Educación Primaria y de la asignatura optativa de Canciones, Ritmos y Danzas del Mundo". Los niños aplauden. Llega el momento de bailar. Si los hombres han llegado hasta la luna, de Siempre Así levanta de sus sillas a los emocionados asistentes que no dejan de bailar ni un momento, siguiendo las directrices que marca el jefe de la orquesta. Piratas, hadas y algún que otro monstruo vampírico, pero bueno, les dan la bienvenida. Llega el momento de ponerles a prueba. De que se aprendan la canción del cuento y la canten con él.
Hoy también habrá dos pases. Con la salvedad de que el primero de ellos tendrá especial atención a los pequeños que padezcan discapacidad auditiva.
Serán en el mismo sitio, en la Sala Bioclimática, contando con la participación del alumnado como dinamizadores, algo que siempre hace ganar enteros a estas propuestas.
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