Municipal

Vandalismo de medio millón

  • La factura que pasan los actos vandálicos a la ciudad sigue creciendo. Cada almeriense paga casi 1.400 euros al día por las reparaciones que debe realizar el Ayuntamiento

Escultura del inmigrante, con las dos piernas deterioradas.

Escultura del inmigrante, con las dos piernas deterioradas. / Javier Alonso

Si se tratara de un empleado de la ciudad, sería el mejor pagado del Ayuntamiento de Almería con un sueldo diario desde luego envidiable de casi 1.400 euros. Es la factura que el vandalismo le está pasando a Almería, que soporta un año de desastres callejeros, siendo las esculturas y los contenedores de basura los principales objetivos de este dañino tipo de incivismo.

La lista es bien larga y cada área municipal se ocupa de reparar los elementos que le son de su competencia. Los contenedores, la recogida de los residuos urbanos; las estatuas, cultura; los graffitis, las brigadas de mantenimiento... No hay aún una cifra recabada entre todas, pero sí una estimación global ofrecida por el Ayuntamiento de lo que le cuesta a Almería los actos vandálicos al año. La friolera de medio millón de euros.

Este dato lo facilitaba el Consistorio almeriense a través de las redes sociales, un vehículo de comunicación con la ciudadanía que el equipo de gobierno no está dudando en exprimir en su propósito de hacer calar hondo la llamada de atención sobre el deber ciudadano de colaborar tanto en la conservación del mobiliario de la ciudad y de los bienes patrimoniales, como en la denuncia si se es testigo del vandalismo.

No hay semana en los últimos meses que el Ayuntamiento no comparta en redes como Facebook o Instagram imágenes de los daños causados y a los operarios reparándolos. En los últimos días, los más llamativos han sido las pintadas que, otra vez, ha sufrido el monumento en recuerdo a las víctimas del campo de concentración de Mauthausen que, en lugar de respeto, es desde que fuera emplazado en Las Almadrabillas un lienzo en blanco de mensajes, en su mayoría de contenidos nazi y xenófobo.

Es esta escultura una incondicional de la lista negra, bien larga y con episodios que evidencian el empeño por destruir. Fe de ello la da la escultura dedicada a los emigrantes, de la plaza Calderón, aledaña a la avenida Pablo Iglesias. De acero, le han seccionado las dos piernas teniendo que emplear herramientas trasladadas expresamente con la única motivación de destrozar por destrozar, y no el robo para la venta del material, ya que las partes separadas continuaban junto a esta escultura, que tuvo que ser reparada el pasado año por idéntico motivo y sobre la que también hay ahora pintadas.

Un operario municipal arregla una de las estatuas. Un operario municipal arregla una de las estatuas.

Un operario municipal arregla una de las estatuas. / Javier Alonso

Este es uno de los actos vandálicos más habituales del que tampoco se escapan fuentes, bancos, pilonas, paredes de edificios públicos, señales de tráfico o farolas, que engrosan la lista de gastos, muy nutrida por la quema de contenedores de la basura, que ha venido encabezándola en los últimos años. Arden de media en el término municipal 140 contenedores. Las cifras registradas a lo largo de 2019 no suavizan las del efecto del vandalismo. Hasta el mes de mayo, han sido 60 los contenedores que han quedado calcinados.

El Ayuntamiento se ha visto obligado a recuperar los de hierro de antaño para determinadas zonas de la ciudad y a subir el canon anual de los servicios de la recogida de la basura y de la limpieza (papeleras), para poder atender estos registros de reposición, que superan el tope fijado en el contrato con las empresas concesionarias a las que se les obligó a suscribir en su momento un seguro de responsabilidad civil al objeto.

No es la única medida puesta en marcha para combatir el aumento, si no del número de actos vandálicos, sí de los bocados que le supone a las arcas municipales, al menos, desde el año 2004. El informe El vandalismo como fenómeno emergente de las grandes ciudades andaluzas anota que, desde ese año hasta 2007, los actos en la comunidad aumentaron en 461%, media que Almería superaba con creces, registrando un incremento del 685,7% que la colaba en el puesto número uno de este ranking del desprecio. Las cifras no han dejado de crecer. Y si el pasado año, el Ayuntamiento cifraba en 1.000 euros el gasto diario que genera el vandalismo, la factura ya va por los casi 1.400.

Una de las acciones desarrolladas a finales de 2018 fue el lanzamiento de una campaña de concienciación en la que se le ponía precio a cada uno de los elementos, incluido los árboles, más habituales del vandalismo. Pronto, llegará el centenar de cámaras de la Central de Tráfico que podrían tener un efecto disuasorio sobre lo que acontece en la calle.

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