Vecinos de La Chanca llevan al barrio a 17.000 turistas

En los últimos tres años, el colectivo 'Chanpe' ha llegado a reunir a más de 300 en una sola ruta

Y todo ello sin cobrar nada, por amor al barrio

Decenas de personas posan con la Alcazaba de fondo en una de las rutas guiadas de la Chanpe. / Asociación Socioccultural La Chanca-Pescadería
Rafael Espino

04 de junio 2018 - 02:32

La Chanca se ha forjado a sí misma. El barrio más antiguo de la capita surgió como arrabal al cobijo de las murallas de época musulmana que protegían la ciudad. Sus canteras dieron pie al monumento histórico más representativo de la provincia, la Alcazaba, que hoy por hoy es el más visitado de la toda la provincia.

Es, sin duda, un barrio de leyenda. Capaz de atraer a escritores, cineastas y decenas de fotográfos. De sus calles han surgido, probablemente, los mayores artistas de la provincia. El mayúsculo Tomatito o la cantautora Sensi Falán, pero son infinidad.

La próxima se realizará el próximo 9 de junio y se visitará la cueva de la CampsaHasta hace unos meses, Turismo no incluía al barrio en sus rutas turísticas

Sin embargo, La Chanca lleva sumergida en el olvido casi un siglo. La posguerra la hundió. Se han programado ciento y un proyectos para sacarla del coma inducido, pero ninguno de ellos se ha llevado a cabo. Existe un Plan Especial de Rehabilitación Interna (PERI) que lleva guardado en un cajón tres décadas. No se ha ejecutado ni un 30%. A La Chanca-Pescadería la han conducido a una situación que ofrece datos como un 60% de paro. En los años 70, un 50% de las casas de la barriada de La Chanca eran infraviviendas. Había dos zonas algo diferenciadas, las más alejadas de El Puerto (La Joya, Patio Cañadas, La CAMPSA-La Paz y Chamberí-Cuevas de San Joaquín, Las Pedrizas, Cuevas de las Palomas y Cerrillo del Hambre) más afectadas por los problemas sociales, y otro grupo formado por San Roque, Cabezuelo, Cordoneros y la Avenida del Mar, donde las viviendas contaban con mejor equipamiento. En cierta manera, esta distribución ha seguido así con el paso de los años, aunque tanto en una división como en otra la situación ha mejorado. En los últimos cincuenta años, la cantidad de infraviviendas de La Chanca se ha reducido en casi un 27%.

La riqueza está en el ser de sus vecinos, de aquellos que se preocupan día a día por el barrio. Para muchos, La Chanca-Pescadería es lo primero. Entre las asociaciones que trabajan para ello, la Asociación Sociocultural La Chanca-Pescadería ha luchado para que las canteras califales sean denominadas como Bien de Interés Cultural, y eso ha sido posible porque las ha devuelto al mapa. Hace algo más de tres años, el colectivo presidido por José Campoy decidió que el barrio tenía demasiado que enseñar, que ya era momento de poner fin al silencio. Había que mostrar su basta historia como barrio fundador de la capital, la importante riqueza musulmana de sus calles o la importante industria que se generó siglos después con la fundición de plomo, por ejemplo, y todo esto sin ánimo de lucro. Desde entonces, más de 17.000 personas han participado en estas rutas guiadas. Almerienses, de provincias vecinas e incluso del extranjero, pues se han concertado rutas con alemanes, holandeses, belgas, brasileños y estadounidenses llegados a el puerto de la capital.

En las rutas se seflejan los orígenes musulmanes de la ciudad, destacando la fitura de su fundador, Abderraman III. En ellas se habla sobre el asentamiento de la flota califal, el lugar del que salieron los cimientos de la construcción de la alcazaba, restos de murallas, torreones, chimeneas de la fundición de plomo, los caminos que llevaban al Poniente antes de la creación de El Cañarete.

Nunca se ha cobrado nada. Proponen como un euro con el fin de recaudar para poder invertir en el arreglo de accesos y caminos para personas que tienen algún tipo de movilidad reducida y porque muchas zonas son de difícil acceso. Se trata de visitar un barrio lleno de luz donde los escritores, pintores y poetas han dado rienda suelta a sus creaciones. Consiste en ver la ciudad desde el que no se ve a menudo. Además, durante estos meses, para aprovechar los atractivos atardeceres desde las alturas del barrio, las visitas se están están desarrollando por la tarde con el fin de ser testigo del espectacular ocaso del sol. La próxima de estas visitas guiadas se desarrollará el próximo 10 de junio, toca visitar la cueva de la Campsa.

Cada ruta ha recibido su nombre, está la de Las Palomas (o Ruta Califal), la del Camino Viejo y la Ruta del Hambre, con la visita a la Cueva de la Campsa, así como al el puerto comercial y pesquero, y la parte del faro rojo.

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