Vélez Rubio dice adiós a Raúl

La localidad de Vélez Rubio se ha unido al dolor de familiares y amigos de las víctimas del terremoto que asoló la ciudad de Lorca en la tarde del miércoles ya que uno los fallecidos fue enterrado en la mañana de ayer en el municipio, pueblo natal de los padres y abuelos de Raúl Guerrero, un joven de tan solo 13 años de edad.

La Iglesia de la Encarnación se quedó pequeña para acoger a todos los velezanos y velezanas que quisieron acompañar y compartir un momento así con una familia destrozada por una tragedia de estas características y totalmente sumida en la más absoluta tristeza. La madre del joven también resultó gravemente herida en el terremoto con la caída de la cornisa del edificio que le quitó la vida en el instante a su hijo, pero ayer, a penas sin poder moverse y en silla de ruedas, quiso darle su último adiós, visiblemente afectada y todavía con las magulladuras en la cara del impacto recibido unos días antes.

El féretro con los restos mortales del joven llegó pasadas las 12:00 horas al templo en medio del tañir de las campañas y del silencio absoluto de los habitantes del pueblo. El responso en la parroquia se celebró, por expreso deseo de sus familiares en la más estricta intimidad. La familia de Raúl Guerrero es muy conocida en Vélez Rubio a pesar de que hace años decidieron instalarse en Lorca, donde eran propietarios de un bar en el barrio de la Viña, el más afectado por el seísmo que afectó a la localidad murciana.

Por el continuo trasiego de velezanos en esta ciudad murciana, también eran muchos los que se acercaban a este bar para saludar a sus antiguos vecinos o conocidos del pueblo, con el que mantenían una estrecha relación. Es por ello que el joven ha sido enterrado en Vélez Rubio por expreso deseo de la familia. De esta manera, el destino ha querido que en la distancia el pueblo se sumara en la mañana de ayer al duelo del funeral celebrado unas horas antes en Lorca por el resto de las víctimas del terremoto.