Vicios ocultos en las conexiones con la depuradora apestan la zona de El Toyo

Los malos olores empañan los paseos por uno de las zonas de expansión más modernas de la ciudad, El Toyo. Vecinos desde Retamar hasta el Loma Cabrera tienen que soportar una brisa acompañada de olor a aguas residuales.

"No siempre huele mal, pero con mucha frecuencia", destaca vecino residente en el barrio de Retamar. Además, destaca que "la culpa es del mantenimiento, una depuradora que esté bien conservada no tiene porqué apestar y aquí el Ayuntamiento falla".

Con todo, fue la Entidad de Conservación de El Toyo la que detectó la presencia de malos olores a finales del año 2006, por lo que trasladó el problema a los responsables municipales.

De forma conjunta, consideraron la necesidad, según explica el concejal de Urbanismo de Almería, Juan Megino, además de máximo representante municipal en la Entidad, de estudiar la procedencia de los olores.

Pocos meses después ya se hablaba de "vicios ocultos" en la instalación realizada por la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. El edil se avala en las conclusiones del Estudio de Emisión de Gases que llegó a dependencias municipales y que fue transmitido a los responsables del Gobierno regional. El informe técnico fue entregado a comienzos de 2007 a la administración competente en la construcción de la infraestructura.

Según explica el concejal, "no sería hasta septiembre de 2007 cuando los anteriores responsables de la Delegación no reconocieron y asumieron la existencia de un vicio oculto".

Así, desde el Ayuntamiento de Almería se muestran a la espera de que comiencen las obras de reparación, "una vez que ya dijeron que iban a reclamar su arreglo a la empresa adjudicataria de las obras por los problemas al impulsar el agua".

Los problemas llegan desde las dos subestaciones de bombeo instaladas en la zona y que dan cobertura a la depuradora de los barrios de levante. El Toyo acoge la subestación número 2, que recoge las aguas sucias de Retamar Sur y la zona centro del barrio, además de El Toyo, y que son impulsadas hasta la subestación denominada como número 4.

En esta infraestructura se unen las aguas fecales de Costacabana, El Alquián, Cuevas de los Medina y El Acebuche.

Es en este punto en el que los informes realizados determinan que se encuentra el fallo. En concreto, la rotura de las conducciones se encuentran a la altura de la parcela comercial prevista en el levante de la ciudad, en el límite con el Toyo II, en las conducciones que llevan hasta las instalaciones de la Edar.

Dentro del documento con el que cuentan, el precio de la reparación rondaría los 120.000 euros, que debería ser asumido por la empresa adjudicataria de las obras debido a que se trata de un problema que se generó al poco de entrar en funcionamiento la infraestructura.

La nueva depurador El Toyo fue construida para sustituir a las existentes lagunas de oxidación de Retamar. El objetivo fue el de dotar a esta zona del término municipal de una instalación capaz de depurar las aguas residuales de los núcleos de Urbanización en expansión, descargando de este modo de cargas contaminantes a la Edar El Bobar .

Para los responsables municipales debe acabarse cuanto antes en una de las principales zonas de expansión urbanística de la ciudad, también porque "atenta contra la imagen que se pueda quedar de la ciudad".