EDITORIAL
Extremadura señala tendencias
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
El deporte debería estar libre de cualquier polémica o conflicto y ser un nexo de unión y hermanamiento. Por desgracia, no siempre es así y es necesario tomar todo tipo de precauciones para evitar situaciones violentas, además de para poder atender cualquier emergencia que se pueda producir. Una labor que en el caso de la UD Almería recae en Manuel Fernández, jefe del Grupo VI Delincuencia Económica, Ciberdelincuencia y Blanqueo de Capitales de la Comisaría de Almería, que compagina este cargo con el de coordinador de seguridad, velando por la integridad de jugadores, aficionados y el resto de implicados en cada temporada.
Con un trabajo de grado sobre corrupción y violencia deportiva, Fernández realiza este trabajo que no se encuentra reconocido en el catálogo de la Policía Nacional, pero que requiere de tantas horas como cualquier otro. “Mi trabajo comienza antes de la temporada, cuando se revisan las instalaciones y se mantienen reuniones con el club y los entes públicos y privados que forman parte, comprobando que todo esté en perfecto estado”, explica a Diario de Almería. Es preciso que el club cuente con un plan de evacuación propio y un director de seguridad, así como un plan de actuación sanitaria, que en Almería prestan Cruz Roja, desde lo público, y una empresa privada. Esta última se encarga del servicio sanitario sobre el terreno del juego y Cruz Roja de los aficionados con 16 voluntarios.
La mayor amenaza para la seguridad en la actualidad viene de los grupos violentos. Fernández señala que a partir del mundial del 82 comenzaron a articularse tomando como modelo los casos de Reino Unido e Italia hasta configurar un “mapa muy amplio” por todo el país. “Lo que hacen es radicalizar su nacionalismo, son tanto de extrema derecha como de extrema izquierda”, indica. Estos grupúsculos se han valido durante mucho tiempo de las gradas de animación de los clubes. “En Almería tenemos la mal llamada Grada Joven, que se encuadra en la extrema derecha y está en contacto con otros grupos españoles. Incluso se desplazan a otras ciudades aunque no juegue su equipo si consideran que otro grupo necesita su apoyo para crear actos violentos”, señala, precisando que fue esto lo que sucedió el año pasado cuando parte de Grada Joven acudió al partido entre el Oviedo y el Sporting de Gijón, siendo el primer equipo el que tendría los radicales afines a los almerienses.
De hecho, hace escasas fechas, durante la jornada del último encuentro entre la UD Almería y el Cádiz, la Policía Nacional llevó a cabo una importante actuación contra Grada Joven con el apoyo de la Policía Local. Fernández apunta que hasta el año pasado este grupo contaba con un cuarto en el estadio y beneficios económicos cuando viajaba fuera. Sin embargo, de acuerdo a los artículos 1, 2 y 3.2 de la Ley 19/2017, se les privó de este “plus”. “Sabía que tenían un local ilegal en las inmediaciones del estadio (en la avenida de Sierra Alhamilla) en el que se consumían estupefacientes y alcohol. De hecho, a muchos miembros de Grada Joven se les ha prohibido el acceso al campo durante esta temporada por este motivo.
El partido del Cádiz era importante porque, aunque estaba catalogado de riesgo medio, el año pasado ya tuvieron un incidente con las Brigadas Amarillas, de ideología totalmente opuesta. Hubo algunas lesiones pero no se denunciaron entre sí porque no les interesaba esa publicidad”, relata. Así las cosas, y ante la previsible “batalla”. La UPR de la Policía Nacional y la Policía Local actuaron en dicho establecimiento “abierto al público, que expedía bebida y comida” cobrando por ello, sin licencia de apertura, actividad o medidas de seguridad. En el registro, los agentes encontraron abundante material contundente como una defensa extensible, bates de béisbol, uno de ellos con un pincho, y palos, entre otros. Se levantaron las correspondientes actas por estas infracciones administrativas.
Claro que, según afirma Fernández, entre las filas de Grada Joven hay ya tres casos penales relacionados con robos violentos y lesiones. Sea como sea, explica que el 90% de los partidos de Primera y Segunda suelen considerarse de riesgo medio, no sólo por casos violentos o posibles incidentes, sino también por el nivel 4 de alerta antiterrorista. Un trabajo que supone semanas de adelantamiento permite conocer cuándo habrá un grupo de riesgo entre la afición visitante para declararlo de riesgo extremo, reforzando el personal e incluso contando con una oficina móvil de denuncias. El día del partido se divide en tres bloques, el antes, el durante y el después. La Ley del Deporte prevé que el dispositivo cuente a partir de la salida del lugar de origen del equipo visitante, por lo que es preciso reunirse con el club para intercambiar información y establecer los efectivos necesarios para ese día.
Si no hay afición visitante, dos horas antes comienza el mayor despliegue aunque durante todo el día haya patrullas de seguridad ciudadana en el entorno del campo. Si el equipo de fuera llega en autocar, se le espera media hora antes y se le protege desde su llega a la dársena del estadio, acompañándolos desde que salen del hotel. Cuando se vayan la UPR y la Policía Local los acompañarán hasta el aeropuerto o la salida por carretera. Durante el partido se vigila que todo siga en orden con el grueso de miembros dentro del estadio. Recuerda que la invasión de campo nunca está permitida y está castigada con 3.000 euros de multa y seis meses sin poder asistir a eventos deportivos.
Concluido el partido, se evacua el estadio y se decide el orden de salida. En caso de la presencia de grupos de riesgo, se pude optar por mantenerlos dentro hasta que el resto haya salido y luego escolar a cada uno hasta que se vayan del estadio, contando con ello para os agentes de la UPR, que en caso de los visitantes van con ellos hasta que salen de la ciudad. Por supuesto, cuando las aficiones se han ido, los jugadores, el conjunto arbitral y el equipo directivo son el foco de atención. Además de los miembros de Cruz Roja y la sanidad privada y del apoyo de la Policía Local, la Policía Nacional suele contar con tres equipos operativos (20 agentes) de la UPR o de la UIP en caso de riesgo extremo, que pueden subir a un grupo (30 agentes) en partidos con mayor peligrosidad.
También hay alrededor de 35 vigilantes de seguridad con siete auxiliares, que son los que vigilan los accesos al campo, entre otros, siendo responsabilidad de la Policía Nacional los árbitros y los equipos. Los próximos partidos de riesgo, por cierto, serán los del Granada y el del Elche, uno por la rivalidad entre ambas ciudades y el otro por su grupo de extrema izquierda, rival de Grada Joven.
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