Manuel García López tiene 73 años y muchos proyectos aún que cumplir. Hace cuatro años que sufrió un derrame cerebral y asegura que ha conseguido hacer frente a las secuelas de la enfermedad "con sacrificio, fe, constancia y trabajo".

Natural de la provincia de Granada, se ha ganado la vida siempre como comerciante de distintos productos. Ahora, jubilado desde hace años, dedica sus días a "hacer ejercicio" para continuar recuperando movilidad y a esperar con ilusión las doce y media de la mañana. Aproximadamente a esa hora, cada día de lunes a viernes, Ahdelouafi Krifhat toca a la puerta de su vivienda en el barrio ejidense de Santa María del Águila. Él es trabajador de la asociación de personas con discapacidad Murgi y su visita se enmarca en el proyecto de 'Comidas Solidarias' que la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad (FAAM) y su Fundación están llevando a cabo por tercer año consecutivo. A él todo el mundo lo conoce por Wafi. Llega con su sonrisa franca, con la mano derecha extendida desde la puerta para ofrecérsela a Manuel y, como un ritual aprendido, necesario y, sobre todo, sentido le pregunta "¿cómo está hoy?". Manuel se ajusta las gafas y le sonríe sin llegar a ofrecer una respuesta. Las conversaciones entre ambos no son extensas porque Wafi tiene aún que repartir casi una decena de almuerzos por distintos puntos de El Ejido. Aún así, el trabajador de la asociación Murgi reconoce que a cada casa que llega nota ese "agradecimiento" de las personas a las que atiende. "Irremediablemente se forma un vínculo con esas personas a las que cada día les llevo comida y siempre hay un poco de charla" que en la soledad de esas casas, a veces, se agradece tanto como el propio almuerzo que reciben.

De hecho, Manuel se apresura a decir que se defiende bien en la cocina pero que la comida que le traen a través de este programa "está muy buena, y muy limpia también". No tiene nada más que palabras de agradecimiento para la asociación Murgi y la propia FAAM y se ofrece a colaborar con ellos "en lo que yo pueda, igual que ellos hacen conmigo", dice. La llegada de Wafi sirve para llenarle el estómago, pero también para aportarle esa compañía que necesita. "A mis hijos los veo mucho pero claro, están en el trabajo", indica Manuel sin dejar de recordar a Wafi que aún tiene que conocer a otros compatriotas marroquíes que trabajan en la empresa de sus hijos "y que son muy buenos como tú", apunta.

La iniciativa forma parte del plan de Solidaridad y Garantía Alimentaria de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía y permite atender a más de medio centenar de personas en riesgo de exclusión social de toda la provincia de Almería. Con el fin único de seguir atendiendo las necesidades de las personas en riesgo de exclusión social y en situación de dependencia la entidad ha vuelto a presentar proyecto a la tercera convocatoria publicada por la Junta de Andalucía.

En el municipio de El Ejido, actualmente, hay once personas que, como Manuel García, reciben esta comida solidaria cada uno de los días laborales, aunque durante el año pasado llegaron a atender hasta una treintena sólo en esta localidad del Poniente almeriense. Los menús elaborados por el catering de FAAM corresponden al plato principal del día y está compuesto por un primer plato, un segundo, guarnición y postre. Con las dos primeras ediciones el programa atendió a 54 personas en riesgo de exclusión social, mayores de 65 años y vecinos de las localidades de Alcolea, Laujar, Berja, El Ejido y Almería.