Vuela la prensa y corren los chismes en El Ejido, donde nadie opina y todos saben
Los vecinos ya huelen a "nuevas detenciones" y creen que la segunda fase para "desmantelar el clan" está muy cerca · El ambiente es tenso y se respira desconfianza
Desconfianza, tensión, calles desiertas, bares a medio gas, y lleno absoluto en el Mercastok era el ambiente que ayer se respiraba en las rectilíneas calles del municipio ejidense. El pueblo despierta temprano, pero las calles no empiezan a llenarse hasta pasadas las diez de la mañana. Matrimonios jóvenes con sus hijos y gran mayoría de vecinos extranjeros eran los que daban un punto de color a la Plaza Mayor, donde está el Ayuntamiento. Lo mismo por el bulevar y por la calle Almería, que completan el centro de la localidad.
Pero sin duda, el lugar más visitado durante todo el día es El Olimpo, el único establecimiento que abre los domingos y que vende prensa diaria. Incluso aún sabiendo que ya no quedaba ni un sólo periódico, la gente se resistía a pensar que pudiera haber aún algún ejemplar y pasaban dentro para hacer la pregunta de rigor: "qué periódico te queda", a lo que la dependienta respondía con una sonrisa picarona: "ninguno, hoy han volado todos antes de las diez de la mañana. La cosa está interesante". Pero una cosa no encaja. ¿Dónde están los que han conseguido hacerse con un ejemplar? "Aquí aún nadie se atreve a leer el periódico en público no vaya a ser que les pillen leyendo por la página de las conversaciones", aseguró uno de los clientes de El Olimpo.
En los bares, no había prensa libre ni en la barra ni en las mesas, pero las conversaciones del día corrían de un rincón a otro. Los secretos ya son vox populi en El Ejido, un pueblo que se ha convertido en un lugar de peregrinación para muchos curiosos y cuyo escenario más buscado es la casa donde vive el alcalde, Juan Enciso. Al estilo del Ambiciones de Jesulín de Ubrique y más tarde la Marbella de Julián Muñoz e Isabel Pantoja.
Miradas con recelo, risillas sabiondas, y mucha, mucha picardía a la hora de decidir con quién compartir los chismorreos del sumario son la estampa que mejor describe el movimiento de El Ejido estos últimos días. Una semana en la que desde el lunes, cuando la juez levantó el secreto sumarial, hasta el miércoles, cuando Diario de Almería salió a la calle con las primeras charlas intervenidas en exclusiva, los vecinos han vivido momentos realmente tensos. Algunos se atreven a decir, por supuesto en voz baja, que "se avecinan nuevas detenciones y comienza la segunda fase para desmantelar el clan".
Café, tostada y un vaso de agua. Un desayuno bien compensado para comenzar el día. Son las 12:00 horas. Él y su mujer ocupaban una mesa en la terraza de la cafetería. Quizá la más visitada por los presuntos delincuentes y escenario de tantas y tantas reuniones matutinas. "Aquí todo ha llegado a su fin, aunque aún parece que va a haber más detenciones. Pero lo que es inconcebible es que aún haya personas que siguen creyendo en la inocencia de los que se han arruinado a el pueblo", es el sentimiento que ronda en la cabeza de un personaje de la política almeriense.
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