“Cuando abrí hace 50 años, una caña valía 3’50 pesetas”
Almería y sus personajes I Pedro Sánchez-Fortún Martínez (Cervecería Baviera)
Empezó a trabajar con 8 años en ‘Los Claveles’ y luego estuvo en el ‘Colón’ y ‘Los Espumosos’
En el 1972 abrió la cervecería ‘Baviera’
Es el único superviviente de las varias cervecerías que había en las calles altas del Paseo: El Alcázar, el Lisboa, El Montañés... y el Baviera, por supuesto. Dentro de pocos meses cumplirá 50 años, medio siglo, la cervecería de la que Pedro Sánchez-Fortún ha abierto sus puertas cada mañana sin haber puesto nunca el cartel de ‘cerrado por vacaciones’.
–50 años, 600 meses, 18.000 días sin tomar vacaciones...
–Cuando te gusta tu trabajo te lo puedes permitir. Sólo he cerrado el Baviera en este tiempo por reformas pero nunca por vacaciones. Solo las tardes de Feria me asusentaba para ir a los toros, mi gran afición; pero la cervecería seguía abierta para atender a la clientela de los bulliciosos días de Feria, que era en el centro.
–Háblanos de tu trayectoria en la hostelería.
–Mira, estoy trabajando en ella desde que tenía 8 años. Estudiar no me iba y éramos siete hermanos. Un día pasé por la puerta de Los Claveles y pedí trabajo. Me pusieron a fregar vasos y platos y aquel fue mi comienzo. Luego pasé a Los Espumosos y al Colón. El trabajo me gustaba, me facilitaba relacionarme con la gente.
–Hasta que te independizaste.
–Fue en el año 1970. Abrí una cafetería y heladería en la Plaza Pavía y, con Valentín como socio, nos quedamos con la cervecería de El Alcázar. En la misma calle había un bar que abrió un inmigrante de Alemania al que no le iban bien las cosas. Se llamaba Baviera y en 1972 me lo quedé. Le añadí ante el nombre lo que era: una freiduría.
–Y la reflotaste...
–Al principio, con clientes de la provincia, fundamentalmente. que tenían que venir a la capital a realizar gestiones oficiales, al médico o a la gestoria Arcos, que también estaba en esta calle. Realizaban su labor y, mientras salía el alsina de regreso al pueblo, tomaban unas cervezas por las inmediaciones para no alejarse, en Los Claveles o aquí.
–Has sido casi una escuela de Hostelería...
–¡Ja, ja, ja! Es cierto que conmigo ha trabajado gente que luego han abierto su propio bar o restaurante con lo que aprendieron aquí. Recuerdo a Miguel Hernández, Ramón Belmonte, Pedro Paz, entre otros muchos. He llegado a tener 16 empleados.
–Muy distintos los precios de entonces a los actuales...
–¡Muchísimo! Cuando yo abrí, en 1972, una caña costaba 3’50 pts, y un vino clarete de Albondón, 2’50, con su tapa de pescado. Dos años después llegó la ‘crisis del petróleo’ y todo subió de precio bruscamente. La cerveza pasó a costar un duro y el vino, 4 pts. Hoy los cobro a 2’70 y 3 euros respectivamente.
–Curioso que el vino cueste hoy más que la cerveza...
–Porque antes la gente tomaba vino ‘peleón’ y hoy es de Rioja o de Ribera del Duero. La caña es siempre la misma, El Águila.
–En medio siglo habrás atendido a muchos famosos...
–Recuerdo especialmente a Gina Lollobrígida. ¡Qué guapa! Cantaores también han venido, por la cercanía de El Taranto: Antonio Mairena, Juanito Valderrama. Y toreros: los Bienvenida, Antonio Cortés... Bastantes.
–¿Qué te pasó con la locutora Encarna Sánchez?
–Vino a Almería a hacer su programa en la inauguración de los estudios de Radio Popular frente a Correos. Ella quiso probar guisos típicos de Almería y la trajeron aquí. Yo le hice gurullos con conejo, trigo y gachas con pescado Le gustó tanto que quiso que fuese a su programa a explicar las recetas al día siguiente. Yo le dije: “Muchas gracias pero lo mío es la hostelería no los micrófonos de radio”.
–¿Y con aquellos marinos americanos que casi te destrozan el local?
–Pues eso, que llegaron ya calenticos, empezaron a discutir entre ellos y se pelearon a puñetazo limpio. ¡Con lo grandes que eran, cualquiera se metía en medio! Casi me destrozan el bar, incluso se llevaron la barandilla para subir al comedor. Lo comuniqué a Marina y me lo arrreglaron todo; pero lo cierto es que tuve que cerrar varios días.
–Y como el negocio funcionaba bien abriste ‘Las Botas’.
–Si, en la callejuela de enfrente, pensando ya más en mi hijo que en mí. Fue en el año 2001, ahora cumpliremos 20 años. Con él ampliamos la oferta gastronómica del Baviera, que siempre ha sido fundamentalmente de pescado, mientras que en Las Botas servimos carne, embutidos ibéricos y quesos curados.
–¿Y ese nombre?
–Bueno, las botas son en Andalucía occidental los barriles grandes en los que se guarda el vino y que, como verás, aquí los utilizamos como mesas para tomar algo ligero de pie, sin la formalidad de las mesas.
–Bueno, pues se nos acaba el espacio...
–Quiero agradecer a los vecinos que siempre han sido comprensivos con el bullicio del negocio.
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