El acusado de matar a su mujer en Vícar no recuerda el "brutal crimen" y sí que bebió
Insiste ante el jurado popular que se dio cuenta de lo que había ocurrido "cuando ya estaba en la cárcel" Achaca al alcohol el "shock" que asegura que le dio cuando estaba golpeando a Salud
Francisco Antonio Jiménez, el hombre de 44 años acusado de matar a su mujer, Salud G. C., en el domicilio familiar en el que convivían (en Vícar) en septiembre de 2011, aseguró ayer durante la primera sesión del juicio, que no recuerda nada de lo que ocurrió aquel día. Solo sabe que bebió alcohol durante toda la noche, "como solía hacer habitualmente", tal y como indicó ante el jurado popular que se encargará de decidir si es culpable de un delito de homicidio o de asesinato.
El procesado sí indicó sin embargo que días antes de matar a su esposa, cuando ella le envió la demanda de divorcio, sintió "como un shock", el mismo que le afectó el día que cometió el crimen, y que él relaciona con la mezcla de bebidas alcohólicas y "posiblemente de cocaína".
Asegura que cuando se vino a dar cuenta de lo que había ocurrido ya estaba en la cárcel, y que supo que había matado a Salud por las preguntas que le hicieron tras ser detenido en los sitios en los que estuvo, que asegura no recordar.
Francisco Antonio insistió en que su alcoholismo fue "el problema que truncó su matrimonio", pues "era el motivo por el que en otras ocasiones anteriores mi mujer me había planteado la separación". Incluso aseguró que su hija se avergonzaba de él por eso.
"Cuando discutíamos yo me callaba y después me ponía a beber otra vez", indicó el acusado, al tiempo manifestó que se sintió muy "apenado" cuando le llegó la demanda de divorcio y pensó que "el cielo se me venía encima". "Yo cada vez necesitaba beber más. Me levantaba ya con falta de alcohol y el temblor no seme quitaba hasta que no bebía", confesó Francisco Antonio, cuya defensa quiso dejar constancia que padece una pérdida temporal de memoria que tal y como ha quedado acreditado comienza a resolverse tras el crimen, una vez que se encuentra en el hospital al que fue trasladado porque le dolían las manos tras el "brutal" ataque mortal a la víctima, tal y como lo califica el fiscal.
El fiscal y la acusación particular mantienen que el acusado actuó a través de un ataque "repentino y por sorpresa que previamente habría planificado", por lo que califican los hechos de asesinato. Niegan la existencia de problemas mentales en el acusado al entender que no hay análisis que lo corroboren, al tiempo que apunta a que al no existir síntomas de lucha en la casa, la víctima no tuvo opción de defenderse.
La defensa asegura sin embargo que el crimen no fue planificado y que es constitutivo de un delito de homicidio, al tiempo que rechaza que se le acuse de maltrato continuado ya que no hay denuncias.
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