El acusado de encubrimiento cambia la versión del juzgado
El guardia civil que encontró el cadáver asegura que "es imposible que Francisco Javier Rangel diera tantos datos del lugar del enterramiento si no había estado allí nunca"
Francisco Javier Rangel, el presunto encubridor del crimen de Rosa Galera, la joven de Fines que falleció a manos de su marido el pasado día 30 de mayo de 2011 cuando éste le disparó en dos ocasiones y la degolló en su propio vehículo para después enterrarla en una rambla de Tabernas, insiste en que él nunca estuvo en el lugar del enterramiento. Es más, indicó que ni siquiera sabía dónde la había enterrado, sólo que era en una rambla. En la segunda sesión del juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Almería, el acusado mantiene que lo único que hizo fue ir a recoger a su amigo Óscar Perales al barrio de El Puche "porque él me llamó y me dijo que me fuera para Almería que nos íbamos a fumar algo".
A preguntas del fiscal, declaró que Óscar no le dijo nada de lo que había hecho hasta el viaje de vuelta de Almería a Fines, momento en el que además de contarle lo que había ocurrido, también le amenazó con matarle si contaba algo a la Guardia Civil. La versión que Rangel dio ayer ante el tribunal de jurado no coincide, y así lo ha hecho constar el Ministerio Público, con la declaración que prestó ante la Guardia Civil y ante el juzgado de Purchena, donde sí indicó que su amigo le dijo que había matado a su mujer a primera hora de la mañana. Antes las constantes contradicciones, Rangel indicó que "lo dije porque la Guardia Civil me presionó y porque tenía ganas de irme después de muchas horas sin comer y sin fumar. Dije lo que la Guardia Civil quería que dijera para salir de allí y librarme cuanto antes". Y aunque admite que el autor del crimen le había dicho en varias ocasiones antes de ocurrir los hechos que iba a matar a su mujer, insiste en que él nunca pensó que eso fuera a pasar de verdad, "no era algo creíble", puntualiza.
El acusado de encubrir el crimen señala que "es imposible" que las cámaras de videovigilancia captaran la imagen de su coche varias veces desde las 09:30 horas de la mañana por la carretera de Macael hacia Almería. Es más, asegura que él sólo pasó por allí aquel día (30 de mayo de 2011 cuando desapareció Rosa Galera) una vez para ir y otra para volver, sobre las 11:30 horas de la mañana. Con su declaración quiere desmentir un estudio que la Policía Judicial de la Guardia Civil hizo de las cámaras y en cuyas imágenes se ve un vehículo similar al suyo en tres ocasiones por la zona.
A preguntas de la acusación particular que representa al padre de la víctima, Rangel contestó que "no dije nada a la Guardia Civil cuando llegamos a Fines por miedo insuperable", tanto a que Óscar pudiera hacerle daño, como a que los agentes lo detuvieran a él pensando que había participado en los hechos.
También alude a que el autor confeso de la muerte "iba ya a gustico, bebido y drogado", la mañana en la que tiroteó y degolló a su mujer, pues lo pudo comprobar cuando lo acompañó a descargar unas herramientas (un pico, una pala y un compresor) de un coche, las que presuntamente utilizó para enterrar el cuerpo.
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