Sociedad
  • Los jóvenes del barrio de Pescadería esperan con ilusión la semifinal contra Francia después del gran papel de su país 

  • El IES Galileo es un ejemplo de multiculturalidad y convivencia

Así viven los adolescentes marroquíes de Almería el día decisivo en el Mundial

Alumnos del IES Galileo canta una canción de apoyo a Marruecos.

Mohamed nació en Casablanca, pero lleva dos años viviendo en Almería. Estudia bachillerato en el IES Galileo del barrio de Pescadería, al igual que Ouissam, una joven nacida en Nador pero que llegó a España tan pequeña que ni siquiera recuerda qué edad tenía. Ayoub, Akram y el otro Mohamed del grupo sí que nacieron aquí, pero se sienten tan marroquíes como sus amigos. De hecho, entre ellos suelen hablar en rifeño, aunque también lo hacen en español, según les salga en ese momento.

Estas últimas semanas todos ellos están radiantes; más felices que nunca. Y todo por el fútbol, ese deporte que tiene el poder de sacar lo mejor (y también lo peor) de las personas. Un bálsamo contra todos los males, capaz de hacer olvidar los problemas, al menos por un rato —y si no que nos lo digan a los españoles en 2010, cuando en plena crisis económica celebramos el Mundial como si el país estuviera mejor que nunca—.

Marruecos está siendo la sorpresa del Mundial de Catar. Un país con el que nadie contaba que estuviera a estas alturas aún peleando por el título, pero que con oficio, una defensa férrea y una gran generación de futbolistas ha logrado dar la campanada. “Creía que lo íbamos a hacer bien, pero no me esperaba llegar tan lejos”, asegura Akram. Wadie, otro de los estudiantes del instituto, dice que se puso muy contento cuando ganaron a España en octavos de final, “pero ya contra Portugal no me lo podía ni creer”. Y es que ninguna selección africana había llegado nunca a semifinales de un Mundial.

Ayoub, Akram y Ouissam, en primera fila;detrás, los dos Mohamed junto a su profesor de Lengua y Literatura, Diego Armando Alías. Ayoub, Akram y Ouissam, en primera fila;detrás, los dos Mohamed junto a su profesor de Lengua y Literatura, Diego Armando Alías.

Ayoub, Akram y Ouissam, en primera fila;detrás, los dos Mohamed junto a su profesor de Lengua y Literatura, Diego Armando Alías. / Javier Alonso

Ellos y todos los marroquíes de su grupo que viven en Pescadería irán hoy a ver el partido a la cafetería Miloud, en la calle Real. Es su lugar de reunión para vivir juntos los encuentros de la selección, mientras beben tés y comen platos típicos de la cocina árabe. “Si no llegas dos horas antes te quedas sin sitio”, avisan. Y luego, si se da bien, a celebrarlo por las calles de Almería, como ya hicieron en los octavos y los cuartos. Aunque haya quien los mire mal: “cuando ganamos a España y fuimos a la Plaza de las Velas, pasaba la gente con el coche y nos señalaban”, cuenta uno de ellos. Incluso tuvieron que aguantar insultos por las redes sociales, como cuenta Ouissam: “Un chico me escribió que me fuera a mí país”, lamenta.

Este martes, en el IES Galileo se veían pocas camisetas rojas de Marruecos. La mayoría estaban en la lavadora o en el armario, ya listas para ponérselas durante el partido contra Francia. Chicos y chicas, por igual, suelen llevarlas estos días con más orgullo que nunca. Casi todos tienen una, aunque muy pocas son originales. Pero la de Mohamed sí que lo es, y además es muy especial: se la regaló su primo Youssef Maleh, futbolista de la Fiorentina, cuando jugó con las selecciones juveniles de Marruecos.

En el patio, españoles y marroquíes conviven sin problemas, como lo hacen también en las calles del barrio. “Somos hermanos”, dicen. Pero como en toda relación, a veces se lanzan algunas pullas: “¿Cuándo juega España el siguiente partido?”, dice uno de ellos, sarcásticamente.

Alumnos del IES Galileo en el patio con una camiseta de Marruecos. Alumnos del IES Galileo en el patio con una camiseta de Marruecos.

Alumnos del IES Galileo en el patio con una camiseta de Marruecos. / Javier Alonso

Estos jóvenes almeriense-marroquíes saben que el duelo de esta noche contra Francia no será fácil, pero confían en su equipo: “solo nos han metido un gol en todo el Mundial, y ha sido en propia meta”, presumen. Si han vencido a Bélgica, España y Portugal, por qué no hacerlo otra vez.

Si para los españoles de 2010 los ídolos eran Iniesta, Xavi, Casillas o Villa, esta selección marroquí también tiene sus estrellas; jugadores que ahora son idolatrados por los adolescentes. Hakimi, Amrabat, Ziyech y Boufal son los nombres más repetidos. Ah, y Bounou, por supuesto, el portero que fue el héroe contra España: “es el mejor”, remarca Ayoub.

Puestos a soñar, ya ven en el horizonte la final del domingo. “Si es contra Croacia, mejor”, decían. Aunque Akram es fan de Messi y confiesa que si Marruecos no puede ganar el Mundial quiere que lo haga Argentina. De hecho lleva una foto del delantero del PSG en el móvil, al contrario que sus amigos, que han puesto de fondo de pantalla a jugadores marroquíes. Y sí, Argentina ya está en la final.

Sus ídolos: Messi y los jugadores de la selección marroquí. Sus ídolos: Messi y los jugadores de la selección marroquí.

Sus ídolos: Messi y los jugadores de la selección marroquí. / Javier Alonso

El fútbol es su pasión, como la de tantos españoles. En eso, como en tantas otras cosas, no son diferentes a nosotros. Tienen sus cánticos, en árabe, para animar al equipo. Corean uno que, traducido al español, dice algo así como “felicidades por la victoria”. Lo han gritado estas semanas atrás por las calles de Almería, en sus bares y hasta en el instituto.

Ayoub, Mohamed, Ouissam, Akram, Wadie u Osama tan solo son adolescentes de 16 y 17 años que disfrutan de los éxitos de su país. Ese tan lejano para ellos, al que solo vuelven en verano o cada tres o cuatro años. Su vida está en Almería. De hecho el Mundial ha servido para poner de relieve una realidad que se da desde hace décadas: la colonia marroquí es la más numerosa en la provincia y están plenamente integrados en la sociedad. En eso, el IES Galileo es un claro ejemplo.

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