La zona azul agota la paciencia de los hosteleros del casco histórico

Hace estallar las críticas por la falta de accesibilidad y el descuido al sector turístico

María Victoria Revilla / Almeria

25 de noviembre 2011 - 01:00

La ampliación de la zona azul a prácticamente la totalidad del casco histórico ha sido la gota que ha colmado ese vaso de la paciencia del sector comercial y hostelero del entorno de la Plaza Vieja. Una veintena de negocios afectados reclama al Ayuntamiento de Almería que eche marcha atrás en esta decisión de aplicar el ORA a las calles comprendidas entre el Parque Nicolás Salmerón y la Administración Vieja. Advierten que el nivel de ventas ha decaído ya en este núcleo urbano hasta incluso el 80 por ciento.

"Ningún cliente va a venir a tomarse unas cervezas con el reloj en la mano para cambiar el coche de sitio cada dos horas y la gente que está trabajando no puede estar saliendo y entrando". Sobre esta imposición de retirar el vehículo de la zona azul cada dos horas se refiere Ramón Belmonte, del bar Bahía de Palma, una opinión que es compartida por el resto de negocios, afectados también por las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de la plaza Marín.

El Ayuntamiento ha tenido que cortar la circulación en este punto del casco histórico, lo que obliga al conductor a callejear por todo la zona antigua de la ciudad, desde Puerta Purchena al Parque Nicolás Salmerón para poder acceder a los comercios situados en las proximidades de la Plaza Vieja. "El vaso ya se llenó cuando cerraron la plaza Marín, no hay quien acceda con facilidad hasta aquí y, encima, te ponen la zona azul. Si el acceso es difícil y no hay aparcamientos, yo también me quedaría en otras zonas de la ciudad para tomar algo. Esto se está haciendo imposible", critica Encarna Jiménez, de la cafetería Encuentro, que asegura que los clientes han descendido hasta el 80%.

Leonardo Martín, de Casa Puga, teme también que la zona azul reste clientela al ya resentido casco histórico. "Con la crisis que hay, si tienes que pagar y quitar el coche cada dos horas, es imposible que la gente venga. El casco antiguo tiene tan mala comunicación que en cuanto cortan una calle se apaga la luz", lamenta.

Otro de las infortunios del centro histórico es el abandono tan denunciado del entorno de la Plaza Vieja, todavía en obras, y la Alcazaba. "Tendría que ser el lugar más visitado, como ocurre en otras capitales, y aquí el turista huye", explica Marcelo González, de Jacaranda.

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