"A todos se nos han aguado los ojos"

La soprano Érika Escribá-Astaburuaga es la profesora del Taller de Canto y hace un repaso por la semana vivida con sus alumnos en el Festival

La reconocida soprano Érika Escriba-Astaburuaga.
La reconocida soprano Érika Escriba-Astaburuaga.
Fran Murcia Vélez-Blanco

04 de agosto 2014 - 01:00

Meterse en la piel de cada uno de sus alumnos ha sido uno de los objetivos de la soprano Érika Escribá-Astaburuaga en el Taller Canto de esta nueva edición del Festival de Música Barroca y Renacentista. La profesora explica las claves de lo transcurrido durante esta semana.

La profesora explica que las clases "han transcurrido muy bien, los alumnos estaban predispuestos a aprovechar el tiempo, tenían hambre de conocimiento. Les he presionado bastante en su trabajo como cantante y han mejorado mucho a nivel técnico".

La soprano señala que en una semana es difícil notar cambios muy significativos pero "les he ofrecido las pinceladas para que vayan trabajando, información para que arreglen sus problemas técnicos. Se han trabajado pocas áreas, pero las que se han hecho sirven para aprendan a buscar sensaciones y expresen emociones de una manera abierta".

Escribá-Astaburuaga destaca el buen nivel de sus artistas: "Mis alumnos tienen talento, son muy musicales y les caracteriza su unión por la música. Hemos trabajado la técnica y la expresividad para que puedan transmitir con la música".

La profesora asegura que "he aprendido de ellos. Cuando ves los fallos técnicos en los otros, ves las dificultades que se pueden provocar. He tenido que transmitirle una explosión de los sentidos y me he metido en ellos. Ha sido un trabajo muy distendido y emotivo".

Las clases se han vivido de una forma muy intensa: "Ha habido momentos espléndidos. A todos se nos han aguado los ojos, incluida a mi. La música te perfora y eso es lo que le he intentado transmitir a mis alumnos. Tienen instrumentos muy buenos, son diamantes en bruto que tienen que pulir la técnica".

La directora del taller clasifica a los distintos alumnos: "Cuento con tres sopranos, dos de ellas ligeras y otra dramática, y un tenor ligero y otro lírico. Las voces van creciendo conforme te vas haciendo mayor".

La soprano se ha ganado la fama de dura en el trabajo: "No les digo nada malo, pero cuando vas a un curso de canto buscas soluciones y posibilidades y es muy complicado en una semana. Soy dura, pero de pesada. Es importante que los cimientos estén bien sellados. Es necesario que busquen el autocontrol, la resistencia a la frustración y encontrar el placer cantando".

La artista asegura que "los alumnos tienen voces muy sanas y cuando es gente sana a nivel vital se trasluce a nivel bocal. Normalmente les falta flexibilidad y quitarse tensión de la zona de la mandíbula, cuello... depende de cada uno".

La soprano apunta que "desde pequeña tenía tendencia hacia la música. Tenía una profesora muy buena que cantaba ópera por los pasillos y de mayor quería ser como ella. Al final llegué a ser profe de música y era yo la que cantaba ópera en los pasillos. Dejé mi trabajo porque quería mejorar cantando e hice pruebas para un coro profesional. Me lo tomé muy en serio y cada vez aprendí más y más" y hasta la actualidad que es una reconocida soprano que ha actuado por teatros de todo el mundo.

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