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Coronavirus en Almería

  • Cruz Roja recibió ayer las llaves del centro Inturjoven que se utilizará para la cuarentena de los llegados en patera

  • Los trabajadores no saben qué pasará con ellos y anuncian movilizaciones

Una triste despedida: de albergue juvenil a ‘casa’ de migrantes con COVID-19

Ayer no durmieron estudiantes en el albergue juvenil Inturjoven que tiene la Junta de Andalucía en El Zapillo. Ni viajeros que buscan un sitio económico donde alojarse. Tampoco están ya los emprendedores del CADE. Ni Francisco Ruzafa, un hombre de 65 años con discapacidad que había convertido este sitio en su casa desde hace meses. Ha pasado la noche en la calle, acomodado en un banco.

Francisco Ruzafa era uno de los huéspedes del albergue. Este jueves durmió en la calle. Francisco Ruzafa era uno de los huéspedes del albergue. Este jueves durmió en la calle.

Francisco Ruzafa era uno de los huéspedes del albergue. Este jueves durmió en la calle. / Javier Alonso

Casi de la noche a la mañana, el pasado lunes, la Junta de Andalucía comunicó a los trabajadores y huéspedes que el albergue pasaba a depender de la Consejería de Salud y Familias para dar acogida a los migrantes que tienen que pasar cuarentena por haber dado positivo por COVID-19 a su llegada a Almería, así como a sus contactos directos. El centro será gestionado por la Cruz Roja, que ya ayer por la mañana comenzó a introducir allí cajas llenas de material.

“Tras 28 años trabajando aquí, ahora no sabemos qué van a hacer con nosotros el mes que viene”, dice Gloria, una de los 15 empleados que tiene el albergue. Ayer todos ellos fueron por la mañana para recoger sus cosas y entregar las llaves a Cruz Roja. “Nos obligan a cogernos vacaciones o días de asuntos propios hasta final de mes y después podrían enviarnos a cualquier otra provincia de Andalucía, como si fuéramos turroneros”, se queja. Ella tiene 63 años y su vida hecha en Almería.

Verónica, aunque es más joven, también lleva más de dos décadas trabajando en el albergue. Empezó en agosto de 1995. “Mi madre vive sola y si yo me voy a otra provincia no tendrá quien la cuide. Además tengo un perro con epilepsia que necesita medicación diaria. Creo que no nos dejarían llevarnos a las mascotas”, lamenta.

Cada uno de los quince empleados tiene una historia, una vida, pero todos las mismas dudas e incertidumbre. ¿Qué será de mí el mes que viene? Hakima lleva 23 años trabajando en Inturjoven y tiene sus hijos y familia en Almería. “Nadie sabe qué va a pasar. Por lo pronto nos han dicho que nos vayamos de vacaciones hasta el día 30 de abril. Después nos pueden reubicar en los albergues de Málaga, Córdoba...”. Ella espera que los envíen a la residencia de tiempo libre de Aguadulce, también dependiente de Inturjoven, pero cerrada desde finales de 2019. “Dentro de lo malo, esa sería la mejor solución”, dice.

Antonio, otro de los trabajadores, en declaraciones a Efe ha asegurado que la plantilla no llega a “entender” que se cierren estas instalaciones cuando hay otras “dentro de la provincia, pertenecientes a la Junta de Andalucía, que están cerradas” y no se han elegido para alojar a los migrantes.

Ayer la despedida fue triste. Hubo abrazos, lágrimas y frustración. Pero los empleados del albergue no se rinden. CSIF ha convocado una concentración en la puerta de la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía para el próximo lunes 26 de abril a las 11:00 horas.

Francisco no es uno de los trabajadores, pero ayer también estaba frente a la puerta del albergue, con ellos. Desde el verano pasado esa ha sido su casa. “Me alojo aquí cuando aún tengo dinero de la pensión no contributiva que cobro”, explica. Tiene discapacidad y asegura que es el único sitio donde tiene un baño adaptado a sus necesidades.

Su intención ayer era dormir en la calle. “Si no me echan, me quedaré en la puerta y me acostaré en un banco”, cuenta Francisco a este diario. No tiene dinero para pagar un hostal o pensión: “aquí me cobran 15 euros al día por larga estancia; me quedo unos 20 días al mes, hasta que me llega el dinero”.

Cuarentena para migrantes

Desde el Gobierno andaluz han informado de que el albergue juvenil se va a destinar a la atención y aislamiento de los inmigrantes llegados en patera que den positivo en COVID-19 tras acceder al Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) del puerto de la capital almeriense, tal y como adelantó el lunes Diario de Almería.

Las instalaciones acogerán a dichos migrantes, una vez que ha finalizado el acuerdo que la Junta alcanzó con la cadena Hoteles Playa Senator para la cesión del Diverhotel Odissey Aguadulce, al que estaban siendo derivados. Por allí han pasado 321 personas desde octubre, entre contagiados y contactos estrechos.

Cruz Roja gestiona ya el albergue Inturjoven para la acogida de migrantes en cuarentena. Cruz Roja gestiona ya el albergue Inturjoven para la acogida de migrantes en cuarentena.

Cruz Roja gestiona ya el albergue Inturjoven para la acogida de migrantes en cuarentena. / Javier Alonso

De hecho, ya en septiembre se barajó el uso del albergue para este uso, aunque al final se descartó. Ahora, casi de la noche a la mañana, han decidido cederlo a Cruz Roja. El lunes la plantilla recibió un escrito de la Consejería de Empleo en el que se les comunicaba la “cesión temporal” de las instalaciones por parte de la Junta de Andalucía a la Consejería de Salud. “No ha venido nadie de arriba a explicarnos nada”, lamentan los trabajadores.

Ayer llegaron furgonetas de Cruz Roja. Mientras los empleados del albergue aún desayunaban en el salón, los nuevos responsables del centro recorrían las instalaciones. Fue una despedida triste. Nadie sabe hasta cuándo.

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