'Cuando el arte alcanza lo divino' con los tacones flamencos de Inka y Rocío

Dos bailaoras almerienses se inspiran en el crimen del Cervantes para la creación de una obra de teatro · El próximo mes de octubre se subirán a las tablas del Teatro Apolo de la capital

Una de las escenas del Teatro Flamenco 'Cuando el arte alcanza lo divino.
Mar París / Almería

12 de agosto 2012 - 01:00

Pocas obras de arte de este mundo pueden llevar impregnada la esencia almeriense como lo lleva Cuando el arte alcanza lo divino. Una creación donde está presente la historia, la cultura y el flamenco puramente de esta tierra. Inka Díaz del Olmo y Rocío Garrido, de 23 y 26 años, son las artífices de este espectáculo donde el teatro y el baile flamenco se entremezclan dando como resultado una obra sin precedente en la provincia de Almería.

Licenciadas en baile flamenco en el Conservatorio de Danza de Málaga, las artistas crearon Cuando el arte alcanza lo divino como proyecto de fin de carrera, un proyecto que a juicio de la crítica flamenca traspasará fronteras sin lugar a dudas. Profesionalidad, pasión, fuerza... derrochan Inka y Rocío sobre las tablas en la interpretación de una obra que tal y como ellas explican "queríamos que fuera almeriense para poder poner sobre las tablas parte de la cultura de nuestra tierra". "Comenzamos estudiando los más de 20 casos que encontramos y libros de Alberto Cerezuela. Finalmente elegimos el asesinato sobre las tablas del Teatro Cervantes, en 1922, de la actriz Concha Robles. Nos sentimos muy identificadas con la protagonista que amaba el arte por encima de todas las cosas".

"Reunimos toda la documentación posible sobre la historia, sobre la artista y la obra que representaba, Santa Isabel de Ceres de Alfonso Vidal y Planas, donde su tema principal es la prostitución y donde el autor muestra su experiencia vivida con una vendedora del amor. Concha es una de esas mujeres que quiso volar alcanzando su libertad, a la cual, de una manera inesperada, le quisieron cortar las alas". Las coreógrafas y directoras de Cuando el arte alcanza lo divino cuentan que al disponer de poca información sobre la vida de la artista "dimos rienda suelta a la imaginación para construir la obra y reflejar lo mejor posible lo que ocurrió sobre las maderas del Cervantes". "A partir de aquí, nos crearon una composición musical exclusiva para la obra y comenzamos a buscar a los artistas".

El espectáculo cuenta con un total de diecisiete escenas en las que está presente la composición musical, si bien en tres de ellas intervienen dos cantaoras. Un total de 25 personas entre bailarines y músicos forman parte de este espectáculo teatral en el que Inka Díaz del Olmo interpreta a Concha Robles y Rocío Garrido es Adela Verdugo, una de las dos hijas del comandante Carlos Verdugo, el asesino de la actriz. "De este último hemos podido averiguar poco. Apenas que era viudo y tenía dos hijas".

Pero esto les ha servido a las jóvenes creadoras que señalan que "cada movimiento es una palabra. Queríamos que cada uno de los pasos trasmitieran algo al espectador, que la danza por si sola narre toda una historia". Una historia de la que ya disfrutaron los asistentes a su presentación en la sala Gades de Málaga y que próximamente podrán disfrutar los almerienses en el Teatro Apolo. Y es que el área de Cultura del Ayuntamiento de Almería incluirá Cuando el arte alcanza lo divino en la programación cultural de otoño y previsiblemente será en el mes de octubre cuando tenga lugar el estreno en Almería. "Estamos felices e ilusionadas de poder mostrar en nuestra tierra nuestro trabajo al que tanta dedicación le hemos puesto". Nueve meses han sido necesarios para que las artistas hayan creado una obra que les ha supuesto un antes y un después en su trayectoria profesional. Inka y Rocío cuentan que hasta que llegó Cuando el arte alcanza lo divino "habíamos bailado en peñas y en sitios donde interpretamos lo que llamamos en el flamenco baile por derecho. Pero esto es diferente. Nos permite salirnos de lo estricto". Inka y Rocío comenzaban con sus primeras escobillas casi al tiempo que daban sus primeros pasos. Ambas ya iban a academias de baile con apenas tres años. "Nuestras madres ya sabían que nos gustaba el flamenco".

Aunque en su caso no es un arte heredado de antepasados, no cabe duda de que ellas sí van a ser las precursoras de una nueva generación de artistas. Las inseparables amigas y compañeras comenzaron juntas su andadura profesional cuando apenas tenían ocho años en el Conservatorio de Danza de Almería. Y ya de mayores quieren demostrar todo su talento.

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