El Morato celebra sus 42 años de vida

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Maravilloso espectáculo flamenco en el Teatro Apolo en recuerdo de Paco

Toronjo, protagonizado por Jeromo Segura con coros, panderetas y guitarras alosneras

Jeromo Segura con los componentes de su espectáculom flamenco: los coros, cuatro guitarras y tres panderetas saludan al público
Jeromo Segura con los componentes de su espectáculom flamenco: los coros, cuatro guitarras y tres panderetas saludan al público / José Luis Laynez Bretones
José Luis Laynez Bretones

22 de abril 2023 - 16:08

Fue el día 3 de Abril 1981 cuando, al decir de los estatutos, dio comienzo su andadura la Peña Flamenca El Morato. Pocos días después se celebraba en la Catedral de Almería el primer acto oficial de la peña, una misa flamenca. Hace ya 42 años de aquello. En estas cuatro décadas largas, la peña ha perseguido (y logrado) un objetivo: popularizar el flamenco en toda Almería, que los almerienses se acerquen al cante grande sin necesidad de ser socios de la popular peña flamenca.

Especialmente desde que el matrimonio Lola de Haro - Niño de las Cuevas son los máximos responsables de la Peña, se han organizado un sinfín de actividades por toda la ciudad. Como recordó Lola en la presentación del acto de la noche del pasado viernes, han visitados colegios, asociaciones de vecinos, fiestas de barrios, templos, celebraciones culturales de todo tipo... con especial presencia en la Semana Santa y la Muestra de Saetas que este 2023 ha celebrado la XXXVIII edición a pie de calle.

La Peña posee un magnífico local prácticamente en el interior de una cueva a la salida de Almería, justo tras los campos de fútbol que hay al final de la Rambla, que maravilla a quienes lo visitan. Precisamente, una de las actividades que actualmente realizan es recibir grupos de alumnos de centros de enseñanza, ofrecerles un desayuno mediterráneo, un espectáculo flamenco y enseñarles lo más elemental del arte: tocar las palmas, la guitarra e incluso animar a cantar en el escenario a los más osados.

El Teatro Apolo se llenó en su totalidad de un público entusiasta.
El Teatro Apolo se llenó en su totalidad de un público entusiasta.

Pues bien, era tantísima la expectación que se había creado con el espectáculo que ofrecían con m otivo del 42º aniversario de su fundación que la sede se les quedaba chica y la representación flamenca se celebró en el Teatro Apolo. Decisión muy acertada ya que el local también se quedó pequeño e incluso hubo gente que no pudo entrar por falta de espacio. Y es que se anunciaba un ‘Homenaje a Paco Toronjo’ quien interpretó como nadie los Cantes de Huelva, espectáculo protagonizado por Jeromo Segura al cante acompañado de los coros, panderetas y guitarras alosneras... todo un lujo. Quien esto escribe no es gran entendido en flamenco pero el espectáculo tuvo la virtud de en tusiasmar a entendidos y poco entendidos en el cante. Todos disfrutamos por igual.

En él se reprodujeron cuatro momentos de la vida de Paco Toronjo, cantaor onubense fallecido hace 23 años: una entrevista que le hizo en la radio el también fallecido, aunque éste recientemente, Jesús Quintero en ‘El loco de la colina’; una velada de aires alosneros con cuatro guitarras y tres panderetas una noche de Cruces en un patio de Alosno; la famosa borrachera que pillaron una noche de primavera Toronjo y Quintero quienes fueron cantando por las calles de la localidad; y un fin de fiestas a base de seguirillas, fandangos e incluso sevillanas que hizo las delicias del público y supuso la guinda del pastel de la inolvidable noche del pasado viernes.

Como he dicho, fue una hora y media larga pero que dejó a los asistentes con deseos de que hubiera durado más. Pero Jeromo dejó claro que no habría bises: “Toronjo siempre acababa con la copla que compuso tras la muerte de su madre, su mujer y un hijo en apenas dos años. Luego ya no cantaba ni una más”. Y así finalizó el espectáculo.

Beneficios deportivos y terapéuticos

Con esta iniciativa se pone de manifiesto cómo la colaboración entre entidades y administraciones puede mejorar la vida de las personas. De hecho, los beneficios son deportivos y terapéuticos, porque la vela no es solo un conjunto de técnicas y conocimientos, sino también una escuela de vida y de contacto interpersonal.

Con ella se mejora la movilidad, el equilibrio y control corporal; así como habilidades personales y sociales, tales como superación, motivación o cooperación.

Las salidas se realizan semanalmente y tienen una duración de dos horas. Los participantes expresan que este deporte afecta positivamente tanto en la vertiente física, como en los aspectos psicológicos y sociales, mejorando su estado de ánimo y contribuyendo a estrechar lazos con otras personas.

A ello se suman las técnicas básicas de vela que aprenden, mejorando la condición física y aumentando los niveles de autonomía personal.

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