Un rincón de Nueva York en Almería: Halloween transforma una calle de la capital

La calle se cubre con una capa de misterio y creatividad, donde esqueletos y fantasmas parecen moverse con la brisa de la capital almeriense

Halloween: Huércal de Almería premia estos días a las casas más terroríficas

Las calles de Almería vestidas de Halloween

Una fuerza oscura parece haber tomado buena parte de la calle Cucarro en Almería capital, transformando una zona residencial en un pasaje donde la noche cobra vida por Halloween. La magnitud del despliegue y la implicación vecinal sorprenden, convirtiendo este rincón en un punto destacado del pánico festivo y foco de curiosidad en la provincia.

Así está decorada una de las viviendas.
Así está decorada una de las viviendas. / DDA

La decoración recuerda a tradiciones populares en Nueva York, especialmente en lugares como Sleepy Hollow o áreas residenciales del Upper West Side, donde las fachadas se transforman gracias al esfuerzo conjunto de los vecinos. Aunque esta práctica no es habitual en Almería, la calle Cucarro y varias viviendas cercanas logran trasladar ese espíritu y modificar el entorno urbano durante estas fechas.

El visitante recorre un tramo de la zona convertido en pasaje del terror, donde cada vivienda decorada adopta una identidad macabra. No son solo calabazas: desde el pavimento hasta los balcones, las decoraciones crean un escenario inmersivo, manteniendo a quienes pasan en un estado de sorpresa y expectación.

Terrorífica fachada.
Terrorífica fachada. / DDA

En uno de los portales destaca una figura gigante de la Parca, con túnica negra y colgajos rojos que simulan telas desgarradas. La calavera que asoma desde la capucha recibe a los curiosos como una guardiana espectral, creando una imagen más propia de una escena cinematográfica que de una calle residencial de Almería.

Fantasma de ojos rojos

Las rejas están cubiertas con telarañas sintéticas, zombis con rostros desfigurados y un fantasma de ojos rojos que asoma por una ventana. Estas figuras generan un ambiente inquietante y parecen observar cada paso, reforzando la sensación de estar dentro de un pequeño recorrido temático sin necesidad de entrar en ningún recinto.

Una calle de miedo.
Una calle de miedo. / DDA

La creatividad también se extiende a casas próximas, donde enormes arañas escalan las fachadas junto a esqueletos y calabazas iluminadas. En un balcón de un tercer piso, un zombi pálido mira hacia la calle rodeado de telas de araña, mostrando el nivel de detalle y compromiso adoptado por parte del vecindario.

Gracias a esta iniciativa vecinal, la calle Cucarro y su entorno inmediato se han convertido en referencia festiva para quienes buscan ambientes originales en estas fechas. Este esfuerzo colectivo demuestra cómo una tradición importada puede arraigar cuando hay voluntad comunitaria y un deseo claro de sorprender.

stats