Más de la mitad de los residentes de la capital han llegado de fuera

Nacer en la capital de Almería no es la norma, sino casi una excepción. Un análisis detallado de los datos demográficos de la población revela que la mayoría de los residentes en la ciudad no nacieron en ella, lo que convierte a Almería en una de las urbes más dinámicas y abiertas del sur de España. La capital, con 203.741 habitantes a fecha de enero de 2024, aparece representada como un mosaico de puntos de colores que indican el lugar de nacimiento de cada persona. Los que han nacido en el municipio son minoría, ya que la población de otros municipios de la provincia, así como otras provincias andaluzas, del resto de España o del extranjero se ha esparcido sin un orden aparente por todos los barrios de la ciudad.

El centro de la capital concentra a los almerienses de nacimiento. En barrios como el Casco Histórico, Altamira u Oliveros, la proporción de nacidos en el municipio es ligeramente mayor. Sin embargo, incluso en estas zonas más tradicionales, la convivencia diaria con personas de otros rincones del país es muy común.

Este patrón cambia de forma radical en las zonas de expansión y la periferia —como La Cañada, El Alquián o Loma Cabrera—, donde la presencia de residentes nacidos en el extranjero es notable, señalando una mayor población foránea.

Esto también sucede en barrios más antiguos de la capital, como El Puche o La Chanca, donde la población extranjera ha aumentado en los últimos años. Un patrón de colores que confirma una realidad sociológica ya conocida, ya que el número de residentes de otros municipios o países supera con creces al de los nacidos en la capital.

Almería, una ciudad de acogida

El fenómeno del crecimiento demográfico de la capital tiene un motor principal: la migración.

El análisis de la población demuestra que la mayoría de los residentes "de fuera" han nacido en otras partes de Andalucía o del resto de España, lo que pone el foco en las migraciones internas como el principal factor de crecimiento urbano.

La movilidad provincial es también muy alta, con un gran número de residentes procedentes de municipios cercanos como Huércal, Viator o Níjar, lo que confirma una funcionalidad demográfica dentro del área metropolitana.

Este modelo de distribución por toda la ciudad desmiente la idea de una capital dividida por orígenes, ya que la población tiende más a la dispersión que a la concentración, un factor protector frente a la segregación social o los conflictos.

Un crecimiento exponencial en dos décadas

El fenómeno de la movilidad de la población de la capital se aprecia con claridad en los datos oficiales. Según el Padrón Continuo del INE, a 1 de enero de 2022, la capital almeriense contaba con una población total de 199.237 habitantes.

De ellos, 21.871 eran de origen extranjero. Esta cifra es un claro reflejo del crecimiento exponencial de la población foránea.

En el año 2003, el número total de extranjeros en la ciudad era de tan solo 8.573. Con ello, el número de residentes de fuera de España se ha multiplicado por más de 2.5 en menos de veinte años.

En la actualidad, la población extranjera de Almería procede principalmente de Marruecos (11.205 personas), Argelia (3.120) y Colombia (1.131).

La expansión de sectores como el turismo residencial, la agricultura intensiva o la logística ha favorecido la llegada de migrantes nacionales e internacionales, lo que se refleja en la presencia de nuevos residentes en zonas como Vega de Acá o Torrecárdenas, que muestran una mezcla de orígenes tan intensa que no predomina ninguno.

Almería no crece sola, crece con quienes la eligen para vivir. Muchos llegaron por trabajo, otros por el clima o por familia, pero todos forman ya parte del paisaje humano de la ciudad, convirtiendo a la capital en un mosaico vivo en constante transformación.